Un pueblo programado será un pueblo feliz.
Cualquiera que le pegue una mirada rápida a Comics Vortex va a ver que la mayoría de las entradas tienen como objeto comics y novelas gráficas estadounidenses de diferentes géneros, estilos y editoriales, pero esto no significa que haya una preferencia directa. Lo cierto es que me encanta encontrar y leer obras nacionales, para mi tienen un valor agregado y las agarro con gusto, predispuesto de la mejor manera.
Este es el caso con «Ahogo», una novela gráfica publicada el pasado Agosto del 2013, escrita por Guido Barsi, con arte de Leandro Ezequiel Silva y editada por Llanto de Mudo.
La premisa presentada desde la contratapa me sonó interesante, con un gobierno opresor que reprime la libertad en pos de una felicidad programada (de ahí la cita del principio) y la posterior aparición de gente que se resiste.
Las historias de futuros post-apocalípticos o disutópicos, como es más el caso acá, en general también me predisponen bien, y me enganché rápido con el comienzo con un tipo con problemas de sueño que se ofrece como sujeto de experimentación para una investigación sobre sueños, pero no porque le cuesta conciliarlos sino porque no quiere despertarse más, solamente vivir soñando, lo cual aparentemente lo hace perfecto para el proyecto.
Una vez adentro del proyecto, dejamos enchufado a algo al protagonista del primer capítulo y pasamos a una operadora rebelde del proyecto Pegaso, que es a través del cual se controla y dirige la vida de la población. La operadora no aguanta más su trabajo, el ser una titiritera que dirige la vida de una pareja destinada a ser felices juntos lo quieran o no. Empieza a introducir conflictos en la pareja y la arrestan rápido, mostrando que todo el tema está bastante controlado y que no es nada fácil salirse del libreto.
Su argumento es que ella buscaba convertirlos en una verdadera pareja, una que tuviera inseguridades y en la que se dudara del otro, ya que esas infelicidades eran las que le daban vida, y por extensión que las imperfecciones de la vida eran las que la hacían perfecta, y no su opuesto de una pareja con felicidad y vida controlada y manejada artificialmente. Dicho ésto, cuando la agarran estaba riéndose mientras miraba a «su» pareja pelearse y discutir, lo cual sugiere la idea de si sus argumentos en realidad no eran más justificaciones posteriores y su motivación inicial no sea nada más complejo que tener ganas de joder un poco al tener el poder de hacerlo, o algo así, cosa que no sería nada rara tampoco. Sea como sea se la llevan en cana rápido y termina castigada con una vida perfecta como las que odiaba.
«Ahogo» no tiene un protagonista claro, optando por mostrarnos desde diferentes visiones recortadas un mundo en donde el gobierno controla completamente a la población a partir de la eliminación del libre albedrío y de una suerte de programación a partir de la Ley Pegaso. Todas las personas siguen instrucciones y un programa diario, estando prohibida cualquier desviación, las cuales son castigadas duramente (aparentemente no es necesario mucho para que te caguen a tiros).
A pesar de que todo esto sin dudas es más que bastante absolutista, el gobierno parece estar convencido de hacerlo para garantizar la completa felicidad de la sociedad, y no simplemente porque son unos hijos de puta, lo cual es apoyado por el detalle de que no están bajo el dominio de un dictador u otra figura unipersonal, sino que parece ser que hay un Senado o Parlamento acompañando a un presidente.
Por otro lado, si no hay libre albedrío entonces no pueden haber elecciones libres indudablemente, por lo que el «Senado» en realidad también decidiría el guión de quienes son el gobierno, y ahí sí sería una dictadura, invalidando lo que me parecía al principio, pero puede que la Ley Pegaso lo contemple y permita el libre albedrío al momento de votar, en donde esta sería una de las actividades no programadas.
Son muchos los detalles de este mundo que no quedan claros, sin dudas intencionalmente, lo cual le agrega misterio y genera interés y preguntas, como por ejemplo: ¿Como es que se llega a que la mayoría de la gente acepte abandonar la libertad personal en pos de garantizar una felicidad programada?.
Esto siendo que no es un dictador el que decide y lo implementa por la fuerza, o al menos no parece ser lo sugerido. En otras historias de futuros disutópicos esto pasa después de mega catástrofes que matan a casi toda la humanidad, surgiendo después siempre una facción o un gobierno con ideas extremas y opresión de libertades, pero este no parece ser el caso acá.
Supongo que no está de más aclarar que a mi no me parece que sea necesario que Barsi conteste todas las preguntas que puedan surgir, como ésta última por ejemplo, por lo que no es una crítica. Como dije antes, me parece interesante que se generen interrogantes y que no esté todo explicado hasta el último detalle, dejando también espacio para futuras historias o bien simplemente para que el lector especule lo que quiera, como es mi caso.
Es esperable y me gusta el hecho de que haya gente que se resista a este control impuesto a sus consciencias, en este caso desde el inconsciente y casi de un modo freudiano, con la fuerza de lo reprimido, las pulsiones, la fuerza del ego y el deseo rompiendo con los controles impuestos por el SuperEgo Pegaso. Por eso es que nace el Proyecto Fénix, como una segunda fase en donde se busca controlar a la gente directamente desde sus sueños, dominando el terreno del Ello-Id.
La «Almohada Fénix», para que usted y todos descansemos tranquilos, parece que puede encerrar una crítica a los gobiernos populistas, tal vez al peronismo directamente, con el comentario de que la idea es buscar venderle al público el elemento de control de Fénix, la almohada, publicitándola y comercializándola para que la gente la compre voluntariamente. Resulta una idea interesante, pero no pasa de ser mucho más que una referencia.
A tono con el protagonismo que tienen los sueños en la historia, «Ahogo» se siente como un viaje onírico en muchos momentos, y en más de una manera emula un sueño, con su narrativa a veces desconectada y la falta de un final clásico, entre otras cosas.
Recomiendo no seguir leyendo pasado este punto a cualquiera que no haya leído la obra. Quise comentar el final y algunas cosas en más detalle, pero no es la idea cagarselo al que no la haya leído, así que mejor salir a comprarla y después volver!
Continuando, me resulta también interesante que a Fénix en primera instancia no lo aprueben, siendo rechazado por el Senado por considerar que era demasiado, que ya sería jugar a ser dioses, y le ordenan al científico a cargo de todo cancelar el proyecto. Claro que esto no le gusta y el pelado se revela como el villano de la historia, y rápido prepara un incidente al estilo de una operación de bandera falsa, que funciona y hace que aprueben Fénix a pesar de encargar una investigación y de haber algunas sospechas de que podía ser un trabajo interno.
Fénix nace por los que prueban ser resistentes al alcance del control del Proyecto Pegaso, cosa que ya de por sí me genera dudas, como por ejemplo con el caso del personaje de una chica que fue violada por varios tipos y lógicamente está muy golpeada por el tema y le cuesta reponerse. A ella la agarran agentes del gobierno para el Proyecto Fénix, seguramente por estar mostrando resistencia a la «felicidad» de Pegaso, pero ya de por si, ¿por que pasa la violación?.
Agregando a lo anterior ¿Por que si todo es programado en pos de la felicidad entonces hay gente que en sus tareas diarias tiene cosas como robar y ser atrapado por la policía? Tal vez es por la satisfacción del ciudadano por ver que todo funciona y que el crimen no paga, pero si todos siguen un guión y el objetivo es la felicidad, ¿por que no directamente erradicar cosas como el robo y los ladrones (aunque sean de mentira o bien porque justamente lo son) y hacer propaganda con eso?. Puede que todo sea parte del plan, o bien que el alcance del Proyecto no es todavía total y por eso es que todavía hay violadores y ladrones, o que estos son rebeldes desobedeciendo la ley, pero no me queda tan claro.
Por último, me queda picando la pregunta de si la felicidad de Pegaso no puede ser igual una felicidad genuina por más que sea programada. Si una persona se siente feliz, experimenta las sensaciones asociadas a la felicidad, bienestar, alegría, la mayor parte del tiempo, ¿por que no sería entonces una felicidad verdadera? ¿Qué es lo que la hace verdadera exactamente?
Es claro que las imperfecciones son parte de la vida misma, como argumenta la operadora rebelde del principio, y de esto no hay dudas, por lo que no existe en la realidad esta felicidad programada ni la posibilidad de armarla para estudiarla en un contexto real, pero tal vez no todos despreciarían tan rápido esta felicidad por más orquestada que esté, aunque seguramente la mayoría lo haga ya de por sí por principio.
Sin dudas no sería libre, y ese es el motivo por el cual yo no podría argumentar ni ponerme a favor, debe haber pocas cosas más terribles que la pérdida de libertad (aunque ésta también lo sea para ser un boludo a veces, o varias cosas peores en varios casos). Pero la libertad no es ni implica la felicidad, aunque se puede argumentar que al revés si.
Son varias las cosas que no me quedan claras mientras voy leyendo, pero a su vez me dan ganas de leer más y de seguir explorando este mundo. «Ahogo» me dejó pensando en varias cosas, y eso me parece algo a destacar.
El arte de Leandro Silva me gusta, es muy expresivo y transmite muy bien los estados de ánimo de cada escena. Presenta un mundo futurista sutil, con muchos elementos diferentes pero mechados entre muchas cosas que se ven normales a primera vista, como semáforos, calles, fondos, mesas, etc, lo cual hace que se sienta un mundo bastante natural y no algo medio alienígena y desconectado del presente como pasa a veces. Algunos cuadros y transiciones no me convencen, pero la narrativa es en general muy fluída.
En cuanto a la edición, la gente de Llanto de Mudo hizo un muy buen laburo. Hay cosas que se podrían mejorar, pero sin dudas que a mayor costo y que por esto no se hizo y no porque no había capacidad técnica. Es una edición muy competente, que tiene apariencia de que vaya a mantenerse bien.
Resumiendo, «Ahogo» me gustó, me enganchó rápido y me entretuvo hasta su final, que tal vez me resultó un poco anticlimático, pero esto más que nada porque me dieron ganas de más, de ver como sigue. Ojalá tengan la chance de continuar la historia, y de acuerdo al autor, puede que esto sea así en algún momento.
Rating:
Más información sobre Guido Barsi y más cosas que hace pueden encontrarlas en su blog «El Baúl del Tío» o bien: http://elbauldeltio.wordpress.com/.