En los comentarios de un post del ya hace tiempo difunto Google Buzz sobre Spawn, producto emblema de los comics yankis de los 90s si los hay, alguien se puso a hablar del Cazador, justamente el producto emblema de los comics de los 90s argentino, lo cual me hizo acordar de que nunca se me había ocurrido escribir del hincha de Racing más querido por los adolescentes de la época (junto con Graciela Alfano, supongo, que todavía se mantenía bastante bien).
Me fije de escribir primero sobre Nippur de Lagash para que mi primera reseña sobre una obra nacional sea sobre una que me encanta, pero ahora le toca al Cazador, que por más que también sea un ícono nacional, que en su momento haya tenido gran éxito, y que me gusten varias cosas, nunca me terminó de cerrar.
Cazador tiene varias cosas destacables y en su momento tuvo su boom y gozó de mucha popularidad. Puede que esa haya sido la idea desde el principio pero no parece, da mas la impresión de un proyecto de amigos cuyo éxito debe haber resultado algo bastante inesperado para los autores, que no se debían imaginar al arrancar que este Lobo extremo argentino iba a ser tan conocido y comprado.
Esto se dio justo cuando yo era adolescente, por lo que pude vivir el fenómeno de primera mano, siendo presentado por un compañero de colegio que no había leído ninguna historieta hasta que encontró y empezó a comprar Cazador, lo cual resultó ser algo bastante común. Ese pibe terminó leyendo comics un par de años más solamente y comprando cosas de DC y Marvel que publicaba Vid y algunas cosas más en español, pero eran muchos los casos de gente que no leía comics en general pero si leía Cazador. Particularmente el público adolescente pero también el que no lo era tanto ya, encontrando fácil la audiencia para un comic violento, con mucha acción, contenido sexual, sátira política, lleno de puteadas, y con dibujos muy acordes al contenido, influenciados probablemente por el arte de Frazetta, Simon Bisley, el estilo Image yanki de los 90s, y otros.
Los guiones y el arte están a cargo de Jorge Lucas, Ariel Olivetti, Claudio Ramirez y Mauro Cascioli. Algunos de estos nombres seguramente le van a resultar conocidos al que lea comics norteamericanos, particularmente Olivetti, que hizo varias cosas para DC y Marvel.
El Cazador de Aventuras (título original y completo de la serie) se empezó a publicar en Diciembre de 1992, en blanco y negro, formato standard de comic de veintitantas páginas. No siguió un formato mensual, especialmente el primer par de años en el cual solo salen algunnos números, pero a partir del 7-8 empieza a explotar en popularidad e incrementar en frecuencia, saliendo cada dos o tres meses en general. Después de frenar la publicación en 1999 por conflictos con la editorial (seguramente falta de pago), vuelven en el 2000 con una nueva edición (más grande, tamaño magazine) hasta dejar de publicarse en Diciembre del 2001. Racing volvía a salir campeón después de 35 años pero con el país explotando en crisis Caza perdía su comic. Según wikipedia, en junio del 2010 Jorge Lucas y Claudio Ramírez publicaron una cuarta época, aparentemente una miniserie en principio.
La verdad que releyendo a Cazador hoy, después de tantos años, me doy cuenta de que si bien me hacen reir momentos y viñetas como las que reproduzco antes, el interés me dura sólo un rato. De pibe me caía simpático, lo recordaba como algo divertido, pero la verdad que me está costando volver a leerlo para escribir acá. Si me entretuviera realmente todavía sería otra cosa, pero solo lo hace de a ratos. Hay mucha calidad en el arte desde el principio y muchos detalles para encontrar alguno que hace reir, pero en general termina derrapando un poco de más, o se pierde el interés por falta de un poco más de un hilo de algo.
No es por hacerme el intelectual, no necesito que una obra sea profunda y llena de ideas o mensajes trascendentes para disfrutarla. En el caso de Cazador, una vez pasado el valor del shock inicial que tiene al ser completamente directo y no tener ningún tipo de vergüenza para ser grotesco, gráfico y exagerado a más no poder (lo cual obviamente es la idea y da para algunos momentos graciosos cada tanto), no queda mucho más. Esto al menos en todo lo que leí, que no es la serie entera porque me cansé y no me dieron ganas de seguir leyendo algo que no estaba disfrutando (además de que si bien tengo la mayor parte de lo publicado, en su momento no la compré entera y dudo que hubiera podido conseguir prestada una colección completa para reseñarla).
Pasados los primeros números el aporte de Olivetti desaparece, quedando Lucas y Ramirez en guiones y dibujos, con Cascioli en dibujos y color, al pasar a ser a color con el número 8. La verdad no se nota demasiado su partida, Olivetti estaba empezando y recién estaba en el camino de convertirse en el gran artista que es, y sin él sigue todo en la misma línea y calidad en cuanto al arte, mejorando inclusive.
Revelan el origen de Cazador, que resulta ser un cazador de indios nacido en Argentina, de madre aborigen y padre español, al cual lo maldice un aborigen por las atrocidades que cometió, y le graba en la frente una cruz invertida. La maldición es ser inmortal, por lo que parece menos una maldición que un recurso para que los escritores hagan que le pase cualquier cosa y sobreviva.
Los primeros enemigos de Cazador, que aparecen en los primeros números, son Melkor y Balrog, dos demonios que son enemigos entre sí pero que también se pelean con el Cazador en el medio de un plot que los implica a los dos, a Menem, un ejercito de zombis en Plaza de Mayo, otro ejército de demonios, un piloto de helícoptero que parodia a Tom Cruise en Top Gun y Cazador volando un bombardero nazi. Esto suena mejor (o peor para algunos) en la descripción que en lo que termina siendo la ejecución.
El hecho de que los primeros villanos tengan nombres tomados directamente de Tolkien es el principio de una tendencia a pararse en la parodia para usar personajes existentes haciendo la versión acorde a Cazador para cada uno, como el Isidoro Cañones preocupado en hacer movidas de merca junto con Upa y un Patoruzú zombie, un Super Hijitus muy gay ultra musculoso y más del estilo.
Otros personajes, ficticios y de la vida real, que son Cazadorizados incluyen a Superman, Hitler, Mike Tyson, los Cuatro Fantásticos, Maradona, Alister (sic) Crowley, Menem, Cavallo, Duhalde, De la Rúa y muchos políticos más, Neustadt, Araujo y Macaya, Graciela Alfano, Susana Gimenez, Walt Disney zombie, Capitán America, Iron Man, Batman, Darkseid, Sandro (nunca pensé que escribiría los últimos dos nombres juntos, punto a favor de Cazador), Frankenstein, las Sailor Moon, Mauro Viale, Jacobo Winograd, Mario Pergolini, ChewBacca, Spock, Martin Peucelle, Nippur de Lagash, Jasón y los Argonautas, Thor, Gilgamesh, Adrian Suar (Cazador le rompe el culo pensando que era Nancy Duplaa), Carlín Calvo, la mencionada Nancy Duplaa, Marylin Manson, Mirtha Legrand, Susana Gimenez, las Spice Girls con poderes, Papá Noel, Lady Di, el Príncipe Carlos, Cthulhu, Yog Sothoth, Shub Niggurath, Shantaks, Dholes y varios bichos y dioses de Lovecraft más, etc, etc,etc. Tengo que agregar a Sherlock Time acá, primero pensé que era original de la serie pero gracias al aporte de Alberto en los comentarios me enteré que en realidad era un personaje de Oesterheld que no conocía. Gracias Alberto!
Los personajes originales que aparecen son Cazador lógicamente, Capitán Cuete (que se tira pedos explosivos), el hermano deforme de Cazador con tres cabezas y el resto de los Cuatro Malformados y The Hunter (básicamente un Capitán América con una estrella blanca en la frente, un traje de un azul más oscuro y un sobretodo de cuero, que aparentemente era la versión prototipo de Cazador cuando iba a ser un personaje «serio», de nuevo gracias Alberto!), ninguno demasiado inspirado.
Aparecen ángeles, demonios (porque el Cazador aparentemente es el anticristo), aliens, el Necronomicon de Lovecraft, ninjas, Zombies, un hijo alien de Cazador que resulta después ser un pibe normal pero después vuelve a ser un alien asesino, un minotauro, un cíclope, esqueletos animados, valkirias, dinosaurios. O sea, realmente un poco de todo.
Todo esto, la variedad, los enormes contrastes, etc., tranquilamente podrían haber llevado a cosas muy buenas, pero pocas veces logran pegarla con el humor realmente por más que acumulen figuritas y bichos. Si no logra hacerte reír la serie deja de tener mucho sentido y las puteadas, tetas, culos y violencia solo por si mismas, dejan de ser algo gracioso bastante rápido.
El arte de Cazador es uno de sus puntos más fuertes, en su mayor parte. En los primeros números, cuando Olivetti todavía aportaba y la revista tenía menos periodicidad que la que logró tener después, el arte tenía más cuidado en varias partes en los detalles y terminaciones. El hecho de tener varios artistas diferentes aportando causa algo de irregularidad, pero se mantienen todos dentro de la misma línea y no es algo que impacte.
Con el tiempo el arte en algunos momentos parece más desprolijo y descuidado, con algunas partes mejor acabadas y logradas, por lo que seguramente este tipo de cosas sean más por presiones por llegar a fechas límite para publicar, accidentes o cosas así. Hay bastante uso de fotoreferencia y de Photoshop a partir de empezar a ser publicada en color, lo cual es lógico y en general está bien empleado e integrado a los lapices.
La verdad que no puedo decir mucho más de Cazador realmente, tiene algunos buenos momentos, pero no vale mucho la pena buscarlos entre medio de más de 70 números de puteadas, letras a veces difíciles de leer, algún que otro error de ortografía, chistes malos, violencia que por su sobredosis deja de tener cualquier tipo de impacto y aburre, maltratos y cosificación de las mujeres, etc. Es claro que su principal componente es el humor, la parodia irreverente, por lo que de la misma manera que no me gustó a mi sin dudas que hay mucha gente que le encanta o la disfruta, y está perfecto.
Rating: