Entonces… Countdown.
Escribir sobre comics lleva un poco mas de tiempo que solo leerlos, algo completamente obvio, pero lo menciono porque el tiempo dedicado a escribir sobre un comic tan pero tan malo y encima tan largo, lleva directamente a preguntas como: «Te gusta sufrir?«, «Embolarte a mas no poder?», «Sos masoquista?«. Hay sufrimientos que pueden valer la pena, pero leer Countdown definitivamente no es uno.
Countdown (to Final Crisis) tiene muy mala fama y es incluido en casi todas las listas que uno puede encontrar online sobre los peores eventos, pero… es tan mala como se la recuerda?.
Si, si lo es. Es peor de lo que me la imaginaba.
Countdown (to Final Crisis) es el MEGAEVENTO DC publicado entre el 2007 y 2008. Con 51 números publicados semanalmente a lo largo de un año, emula al experimento exitoso de 52 y arranca una semana después de terminado este.
Al igual que 52, Countdown y su publicación semanal surgen como una manera de cubrir un hueco que siempre se dio por el cronograma semanal de publicaciones de DC, ademas de para seguir aprovechando las ventas al nivel de un evento. La lógica es entendible, si 52 vendió muy bien y era una serie semanal, lo que le permitía igualar o superar a los títulos mensuales mejor vendidos por mes, y lo hizo siendo algo nuevo y no sacándole lectores a otra serie, al terminar había que seguir aprovechando eso.
Por otro lado, si los eventos DC son de las cosas que mejor venden, porque habría entonces que esperar un año entre cada uno para aprovechar esas ventas?, si uno puede hacer eventos anuales entre cada MEGAEVENTO y multiplicarlas a 12 meses.
La lógica comercial se puede encontrar, por lo que no le critico a DC el querer publicar Countdown, pero todo esto se tiene que parar sobre una historia. Lo principal es lo que pasa adentro del comic mas allá de los nuevos dolares semanales, y en esto es donde empiezan los problemas. Aunque en realidad arrancan antes.
Desde antes que empiece, Dan Didio la describe como «52 hecho bien», pero algunas de las cosas que fueron pensadas para mejorar el experimento no terminaron funcionando o le jugaron en contra en algún caso. 52 fue escrito por cuatro escritores actuando como una «super banda», cada uno famoso y reconocido dentro del medio y trabajando en conjunto al mismo nivel, encargándose de personajes e hilos argumentales por separado y haciendo otras partes juntos, y la colaboración y creatividad de los involucrados llevo muy rápido a que la historia se escape de varios dictámenes editoriales y vaya para otros lados por lo que querían hacer.
A pesar del éxito de 52, claramente a Dan Didio y la parte editorial de DC no le gusto perder el control a ese nivel sobre lo que planeaban para el evento, por lo que para Countdown modifican este esquema de trabajo.
En vez de cuatro escritores trabajando al mismo nivel va a haber uno solo, Paul Dini, que es quien va a escribir y diseñar mayormente toda la serie, pero siguiendo ideas e indicaciones de Dan Didio y el uberplot editorial. Dini va a liderar entonces un equipo de escritores que se va a encargar de los números individuales, aportando diálogos y las sugerencias que se les ocurran y se les acepten. Esta lista termina estando compuesta por Jimmy Palmiotti, Justin Gray, Adam Beechem, Sean McKeever y Tony Bedard.
No le apunto directamente a ningun nombre en particular al decir esto, pero honestamente es muy difícil leer Countdown. Escribo este párrafo en particular después de leer 20 de los 51, y la verdad que es algo casi ilegible. Ya arranque así que lo voy a terminar, pero es tortuoso. Estuve muy cerca de abandonar mas de una vez, me costo no hacerlo, y tuve que poner en pausa la reseña un par de veces, por días,un par de semanas y mas de un par de meses, de lo que te cansa leerla.
No me puedo imaginar a alguien que termine de comprar y leer esto que no este escribiendo una reseña o comentario para algún lado y mucho menos alguien que le guste, aunque supongo que alguno debe haber. Si, es fácil pegarle a Countdown, lo sorprendente sería que me hubiera gustado, pero no me esperaba que sea TAN mala.
Hasta este punto en mi serie de reseñas de MEGAEVENTOS DC el peor que me había encontrado era Genesis, de John Byrne, pero al menos este no estaba acompañado de 600 tie ins y miniseries que lo acompañan, y que son necesarios si uno quiere entender algo de los hilos argumentales que se tiran por ahí, todo para seguir un universo DC en el que están pasando muchas cosas, pero no parece haber nada interesante. Countdown me hace decir algo bueno de Genesis, tener nostalgia de Bloodlines y Millenium y hace ver a 52 mucho, mucho mejor que cuando la estaba leyendo.
Se le pueden criticar varias cosas a 52, pero al menos intentaba contar una historia, y Countdown desde el principio abandona cualquier pretensión de hacer eso, aunque pasada mas de la mitad intenten acordarse un poco. Uno puede leer la primera docena de números y no tener la menor idea de cual es la supuesta «historia» detrás de la colección de momentos y eventos aislados de personajes desconectados.
Es Jimmy Olsen y el misterio del asesino de los New Gods la historia principal? Parecería ser de lo mas prominente al principio, pero hay muchos números en los que no aparece y su arco argumental tiene largos momentos en los que no pasa nada, pero a su vez ese es el problema con todos y todo lo que pasa.
Mary Marvel y su descenso a la oscuridad entonces? Si eso es lo mejor que tiene para ofrecer Countdown esta en el horno (ya se quemo hace mucho en realidad) y ademas no tiene nada que ver con casi nada de todo el resto. Pero nada tiene que ver con nada en realidad, o casi, Countdown es una colección de momentos aislados del Universo DC, escenas extras del dvd que no tenían lugar en las series regulares, y se suceden números interminables hasta que pasa supuestamente «algo» y es un embole insufrible hasta cuando pasa.
Por otro lado, para un comic que supuestamente estaba diseñado al menos en parte para presentarle el universo a nuevos lectores y que se enganchen en la historia «importante» de lo que esta pasando, es exagerado lo poco que se intenta explicar todo, desde quienes son los personajes que aparecen, que es lo que esta pasando, en donde pasa lo que no se muestra en la serie principal, etc.
Un ejemplo de muchos, Karate Kid, un personaje que no va a conocer nadie que no sea un fanático de la Legion de Superheroes de hace un par de décadas, aparece en el primer numero, pelea con Batman y casi le gana, pero nadie sabe porque. No vuelve a aparecer por un par de números, y después aparece un par de veces sin hacer nada y ni siquiera explicar mucho de todo su contexto, y si alguien quiere entender de que va toda la mano no lo va a hacer si no lee la historia que estaba pasando en JLA y JSA.
No es la primera vez que un evento deja cosas sin explicar para tie ins y especiales, pero si la primera vez que veo que lo hace de forma tan inconexa, poco interesante, y que ni siquiera se gasta en hacer una referencia a lo que paso en otros lados o poner una nota de editor que diga donde puede uno leerlos. Mas adelante mejoran un poco estos detalles e intentan dar un poco mas de trasfondo en los DC Nation y cosas así, pero es muy poco y bastante tarde.
Al evento se lo promocionaba con marketing que incluía frases gancheras como Jimmy Olsen Must Die!, Darkseid Rules!, «WWMMD?» (What Would Mary Marvel Do?) y «I Found Ray Palmer». Lo que las frases gancheras no contaban era que ademas de los 52 números de la «serie principal» uno iba a tener que comprar 7 miniseries mas y al menos 30 o 40 tie ins (de mas o menos 70 posibles) si uno quería tener una imagen mas o menos completa de la «historia» de Countdown. Si parece excesivo, es porque lo es, y mas todavía siendo que es una cuenta regresiva al evento principal de Final Crisis, como se revela a la mitad.
Uno hubiera supuesto que el hecho de que Countdown sea diseñada y escrita con Final Crisis ya muy avanzada, casi terminada, le hubiera jugado a favor, pero es claro que no termina siendo así. Seguramente por un lado Grant Morrison olio muy rápido el olor de lo que venia por ese lado y no quiso saber nada, pero la desconexión llevo a tal cantidad de errores editoriales, de continuidad, de congruencia, que no se si hay otro ejemplo que lo sobrepase al menos en número.
52 números de tamaño regular estándar yanqui (22-24páginas) son una cantidad mas que respetable para contar una historia, pero prueban ser una cantidad inacabable cuando Countdown muestra tan rápido sus verdaderos colores (color caca). Por otro lado, se pueden decir varias cosas de Dan Didio, pero muere con la barba candado puesta.
A pesar de que desde el primer numero, semana a semana, Countdown perdía lectores y sumaba voces críticas (aunque hay que decir que gozo de una protección inicial en los medios comiqueros que envidiaría cualquier político pasando por un momento difícil), Didio redobla la apuesta una y otra vez y le suma 7 miniseries y 6 millones de tie ins, porque una historia tan épica no podía estar contenida en tan pocos números. Es demasiado, lo seria si la historia fuera interesante, pero lo es mas todavía siendo lo que es.
Al menos con tanto «material» fue mas fácil que no se les caiga tanto la cara al achacarle al efecto de «Event Fatigue» (fatiga de eventos) la principal causa de que a Countdown no le fuera muy bien, claro que aportando con su propia inundación de publicaciones, pero mas que nada por ser cosas tan chotas. Con un evento principal de mejor calidad, seguiría siendo excesivo tanto material extra, pero a varios les hubiera dado ganas de juntarlo para completar todo, cosa que no pasa y encuentra su limite al contentarse del otro lado con crear un logo y poner todo lo que se pueda adentro.
Countdown es una prueba de que también se da el fenómeno inverso a cuando las cosas empiezan a ir bien y se encadenan, acá un par de pifias se empiezan a sumar a otras y llevan a otras peores, que dejaron espacio a que se comprometa el espacio-tiempo en las oficinas de DC y salga publicado algo hecho en el medio de la mas pura Image de los 90s como lo es Lord Havok and the Extremists, por ejemplo.
Pocas cosas le faltaron a Countdown, incluyendo también una miniserie de peleas con votos de lectores decidiendo ganadores (Countdown: Arena), y más cantidad de contorsiones de perspectiva para que se le vea la tanga negra a Mary Marvel que las que puede tapar la «simpática» homofobia vs Piper que aparece varias veces, y que no lo es.
En cuanto a los personajes en sí, son más figuritas que otra cosa, con intentos de caracterización muy aislados y patéticos, como todo lo relacionado a Trickster y Piper, el conflicto Kyle vs Jason Todd en el grupo de Bob, o lo de Una, Singular Girl, enamorada de Karate Kid. Imposible no mencionar una vez más en este grupo a la caída en la oscuridad de Mary Marvel, un arco de personaje tan innecesario como mal llevado.
Es caracterización mostrar a Darkseid jugando ajedrez con los personajes de la serie como peones? O una obsesión enfermiza del personaje y/o escritores por arruinar una imagen que puede haber sido lograda e interesante la primera vez?.
Lo mismo pasa con todo lo relacionado a los Monitores, arruinando el concepto con su sobreuso y lo acartonado que resultan sus diálogos y personajes, los cuales son casi imposibles de diferenciar. A esto se anuda lo de Forerunner, personaje estilo Harbinger para esta crisis, pero con un diseño genérico y que termina uniéndose a Monarch, la otra referencia a un mega evento pasado incluido para ver si la pegan con algo.
Ya para este punto habían salido varios números y lo que queda claro es que… Monarch está haciendo algo. Puede que tenga que ver con el algo que está haciendo Darkseid. O con lo que están haciendo los Rogues de Flash, o lo que está haciendo Karate Kid. Como no se sabe muy bien que está haciendo nadie, todo es posible, Monarch es simplemente el último en sumarse para este punto, sin verse mas que escenas aisladas de todo lo demás, y que para peor, se resuelven o siguen en forma significativa en otros títulos, como Flash o JLA, para después volver a Countdown sin mencionarlo y yendo ya para otro lado.
También se dan los ejemplos inversos, como en el caso del nro 43, dedicado casi enteramente al funeral de Flash – Bart Allen, personaje que no apareció ni una vez en Countdown y cuya muerte se dio en otro comic, pero ya que había lugar, lo mandaron. Ya para el nro 39 es imposible caretear lo que es la serie por lo que hacen aparecer a Question y Batwoman a ver si la gente se confunde y piensa que es 52 por un rato, la historia? ya está claro que no hay ninguna.
La parte de Olsen como Action Man resulta de lo más tragable de la serie, aunque mas no sea por su feeling Silver Age de a ratos mas o menos logrado, pero no había espacio para desarrollarlo demasiado se ve en 52 números, por lo que taaaarda en moverse como todo e incluye errores como sacar una portada que dice que es su primera aparición cuando ya lo había hecho un par de veces en traje en números anteriores.
Aunque bueno, leer algo que no da ganas de quemar todas las copias de Countdown hace que uno no se detenga en cosas tan chicas. Pero lo peor todavía está por venir.
El problema con elegir un numero arbitrario como 52 es que por más que cierre para algunas cosas, como para vender muchos números, hace que sea muy difícil escribir una historia que resulte organica en su desarrollo y conclusión. Ayuda mucho si uno tiene escritores como Morrison, Waid y Rucka, pero igual hubieron varios momentos que se notaba el relleno en «52». Countdown, bajo el mando principal de Paul Dini, lo maneja mucho peor.
Al ya mencionado comienzo demasiado desperdigado, en donde no hace un buen trabajo en presentar los diferentes plots y hacer que resulten interesantes y que generen ganas de ver que pasa, se le suma un período intermedio en donde ni bien una historia amaga a apuntar a cualquier lado, rápido se frena y duerme por varios números, porque todavía faltan 30 o 20 nros más y no se puede terminar antes de tiempo.
Por un lado es entendible si uno se pone a pensar que normalmente es bastante difícil que un comic sobreviva tantos números sin ser cancelado, o que un autor esté tanto tiempo en un título de los establecidos. Por otro lado, siendo que normalmente los comics son mensuales, 52 nros implican varios años, por lo que en los casos que un autor escribe tanto en una misma serie lo hace con bastante más tiempo para planificar y desarrollar mejor las historias, para tener ideas, nutrirlas, etc. A su vez, en general es bastante raro que se le dedique tanto tiempo a una historia específica y lo normal es que los arcos argumentales apunten para distintos lados.
Pensando en todo esto, queda claro que para Countdown Dini pensó una historia que normalmente hubiera ocupado 8, 10, 12 números y la estiró para ocupar el lugar que estaba obligado, y por eso pasan cosas como que tarden 30 números en mostrar la revelación de que la Athena de la Academia para Amazonas de Holly y Harley Quinn era en realidad Granny Goodness, mientras en el medio pasaba un montón de nada en ese plot.
Los Monitores van a la guerra. Desaad se convierte en Firestorm. Trickster exhibe comportamiento homofobico cada tanto. Superman-Prime aparece, porque faltaba un villano que sea quejoso y tenga en el cv cambiar la realidad a piñas. Los Atomic Knights sacan a Desaad de adentro de Firestorm con una bolita magnetica que tenían lista para esos casos. Mary Marvel se va a aliar con Darkseid. Mary Marvel no se alía con Darkseid y pelean. Sup Prime tortura a Mxyztplsk, porque no se conforma con quebrar cuellos y sacar brazos de todos los héroes que encuentra, tiene que torturar a uno de los personajes para historias mas inocentes de Superman. Mxyztplsk revela ser el Dios de los Tricksters, Loki en el pasado, etc. Ray Palmer aparece disfrutando unas vacaciones con su vieja vida en una Tierra en la que su mujer Jean Loring no se había vuelto loca y matado a Sue Dibny. Bob lo encuentra y resulta que quería matarlo. Todo es un embole.
Monarch aparece de repente con su mega ejercito en contra de los monitores, y promete más embole (y cumple). Who Monitors the Monitors? y lo peor es que repiten la frase más de una vez.
Pero Countdown demuestra que siempre puede sobrepasarse…
más de una vez…
Las historias van resolviéndose, aunque hay algo de tiempo para meter un poco de relleno ya llegando al final (como el nro 6 y la búsqueda de Dubbilex) y Countdown saca todos los cañones para terminar bien arriba, pero por más que junte figuritas no lo logra. Superman aparece para el gran final y para pelear contra Darkseid y de paso indignarlo un poco por osar tocarlo (respeta mucho su espacio personal).
Superman no puede contra Darkseid esta vez así que Olsen se hace verde gigante y enojado, pero no es Hulk porque tiene escamas. Olsen tampoco puede (aunque no lo ayuda Atom al sacarle la batería de energía del alma de los dioses que Darkseid le había puesto y que le daba los poderes), por lo que de la nada aparece Orion, porque es el hijo y era el momento del ENFRENTAMIENTO EPICO FINAL PADRE-HIJO.
Todos sabemos que un enfrentamiento familiar tiene más peso simbólico, por lo que que importa si el hijo no apareció ni mencionado en 50 números, los organizadores no lo dejaban salir hasta que era el momento. Resulta entonces que la solución no era Ray Palmer, ni Jimmy Olsen, ni los Monitores, sino Orion, quien lo hubiera dicho después de tantas pistas.
Orion si puede y mata a su viejo, probando que no era necesario gastarse en todas las boludeces que hicieron los demás en interminables números. En cuanto a Darkseid, quédense tranquilos que después está perfectamente vivo en Final Crisis, literalmente como si nada hubiera pasado ya que Morrison y todo el mundo decidió directamente ignorar Countdown y hacer como si no hubiera pasado.
Hay tiempo para un prólogo que a nadie le importa en donde hacen volver al OMAC original con Buddy Blank, además de preparar el regreso de Kamandi, tal vez para balancear los personajes de Kirby que habían «matado», pero cualquier leve opinión favorable que puedan recolectar por esto desaparece con lo del grupo de Donna, Kyle y Atom, que junto con Forager y un Monitor con colita, se unen para ser los nuevos Challengers of the Unknown. O no, porque varios de los personajes ya estaban en ese momento haciendo otras cosas en otras series sin mención alguna de ningunos Challengers, pero había que decir «Who Monitors the Monitors?» una vez más.
Finalmente termina con eso y uno agradece el recurso de que sea una cuenta regresiva para estar seguro de que iba a terminar.
Después de bancarme algo tan choto, tardar meses y abandonar la página del bodrio de leer y escribir sobre esto, lo mínimo que puedo intentar es un esbozo de reflexión. El problema de Countdown no son los personajes, aunque no me resulte tan atractiva la elección de los protagonistas en comparación con los de 52. Jimmy Olsen nunca me cayó demasiado aunque tampoco me molesta, a Karate Kid no lo conocía pero rápido me di cuenta de que no tenía apuro por conocerlo, lo mismo con Holly Robinson, pero el tema no son los nombres sino como se los usa.
En la última comparación que hago con 52, el tema es la no existencia de caracterización, que la historia no tenga un mínimo de corazón y no sean más que muñecos con voces genéricas. A todos les pasan cosas, si, Mary Marvel describe un arco de personaje haciéndose maligna, después buena y después mala de nuevo, pero es solamente una colección de cosas que pasan.
Esto tal vez no se hubiera notado tanto si la historia principal o al menos la mayoría de los distintos hilos argumentales hubiera estado bien llevado y resulte interesante por si sola, pero claramente ese no es el caso. Countdown ocupa en forma muy merecida entonces el trono del peor MEGAEVENTO publicado por DC hasta ese momento, y veo difícil que otro lo supere (y espero que no, si voy a leerlo y reseñarlo también).
Nada de lo negativo que uno pueda escuchar o leer por ahí de esto es gratuito, aunque a pesar de todo lo dicho, respeto los gustos de alguien al que le haya gustado. De a momentos tiene arte decente de Ron Lim, Jesus Saiz, Pete Woods, Jamal Igle, Jim Starlin y Freddie Williams II, entre otros, y a veces es suficiente ver cada tanto buenas escenas de pelea y entretenimiento bien dibujado. Otros tendrán sus motivos y opinión, la mía creo que ya queda bastante bien establecida, o al menos no me quedan más ganas de buscar alternativas para decir lo mala que me parece.
Yo no recomiendo leerla ni de prestada, menos comprarla, y es completamente salteable hasta para el que quiere seguir los Eventos pero no pegarse un embole importante por ser completista, ya que nadie le dio bola en su mayor parte, siendo varias cosas contradecidas o ignoradas directamente.
BONUS!
El No-Premio a los artistas que encontraron tantas maneras para mostrar la tanga negra de Mary Marvel, debajo de la pollera que cambia mágicamente de tamaño de número a número:
Angry Jimmy
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