Directo de la Caja Random – Silver Surfer #106 – 1995

Para el que no haya leído el primer post de esta serie, en “Directo de la Caja Random” agarro un comic individual de mi colección personal de mi infancia/adolescencia, que se encuentra guardada en 7 cajas grandes, y lo comento. No voy a hacer posts de cosas que compré en ese momento de las cuales hice o voy a hacer eventualmente una review de la serie o miniserie, sino que me voy a limitar a números individuales de series que no me interesen como para hacer una review más elaborada, o números particularmente malos que tenga.

 

Silver Surfer 106 es uno de los pocos comics de Marvel que compré en mi infancia, más específicamente en mi único viaje a Estados Unidos, y es hasta hoy el único comic de Silver Surfer que tengo (aunque si cuenta el crossover Green Lantern / Silver Surfer entonces tengo dos) y probablemente esto se quede así por siempre. El Silver Surfer es un personaje que no me parece realmente interesante al punto de sostener una serie propia y buenas historias, aunque puedo estar equivocado y en algún punto en sus series regulares alguien escribió cosas buenas, después de todo, por lo que veo en comicbookdb, tiene varios cientos de números repartidos en diferentes series regulares, además de especiales y etc. No es que el personaje me parezca malo, por más ridículo que un tipo de plata en una tabla de surf de plata que viaja por el universo y tiene poderes cósmicos pueda ser, es un ejemplo de la parte buena de varios delirios y ridiculeces de los 60s, al menos hasta cierto punto. Se puede decir que me cae levemente simpático, pero no lo suficiente para que compre comics específicamente de él.

Volviendo al número 106 del que sería el volumen 3 del personaje, fue publicado en Julio de 1995 y está escrito por Mike Lackey, con dibujos de Tom Grindberg y tintas de Bill Anderson.

Como se puede ver por la fecha, este comic fue publicado en el medio de los 90s, y sufre de varias cosas características del período, especialmente de un Marvel que escupía títulos por todos lados, como evidencias de cosas apuradas, hechas rápido para cumplir una deadline, y sin demasiado interés por lo que se estaba haciendo. Este número tiene dos coloristas listados en los créditos, Rockwitz y Wallenta, pero igual pasan cosas como paneles en los que aparecen varias personas pero sin embargo son todos naranjas, por ahí por un foco de luz naranja tremendamente poderoso justo los estaba apuntando. Aunque más probablemente sea porque los coloristas probablemente se cansaron después de hacer los diferentes tonos celestes y ocasionales violetas y amarillos mezclados con el blanco del Surfer y decidieron cortar camino en varios paneles.

El plot del número es bastante simple, el Surfer, dedicado como está ahora a ser una especie de guardián y protector del universo, llega a un planeta en caos por la falta de comida y agua potable.

Este comic tiene cosas como el Surfer volando hacia un grupo de gente descontrolada por la falta de comida y agua en el planeta mientras dice en voz alta, hablandole al lector: “Fear and starvation have driven this people mad. Although their actions are ill-intentioned, they are not evil”. O le esta hablando al lector o el Surfer acostumbra comentar sus pensamientos a otras personas sin hablarle a ellos directamente, o también puede que se haya acostumbrado a pensar en voz alta después de tantos años de viajar por el espacio sólo.

Así es como también se prepara a frenar a unos tipos que iban a violar a una mina preguntándoles que les había llevado a eso, si era la falta del respeto por el medio ambiente o una sobredependencia de la tecnología, pero se contesta a si mismo: “Que importa realmente?”, y les grita algo que sonaría así hablado en voz alta: Ustedes (pausa larga) van (pausa larga) a FRENAR (gritado con gran violencia).

Siguen un par de escenas del Surfer hablando sólo en voz alta mientras la gente lo intenta agarrar pero de repente llega Galactus a comerse al planeta, guiado ahí por su nuevo heraldo Morg, que va por el espacio mostrando los cachetes del culo.

Mientras Galactus come nos enteramos de que está preparándose contra una batalla contra un tal Tyrant, el cual vemos en la hoja siguiente y aparentemente es el hijo de Galactus, con un poder que funciona de manera opuesta al de su viejo el comemundos, con cada planeta destruido su poder baja un poco. Lo triste de este personaje muy olvidable, además de su traje y apariencia, es que tiene un robot sidekick al estilo de L-Ron, el gran robot hecho famoso en la JLI de Giffen y DeMatteis, sólo que completamente sin humor.

Volvemos al planeta ahora consumido donde estaba el Surfer y aparece Dr. Doom en una nave espacial y empieza a tentar al Surfer diciéndole que podía cumplirle el mayor deseo de su corazón y queda claro que Surfer va a terminar aceptando por más que se haga el duro un rato, y es lo que termina haciendo poco después, a pesar de que Doom le dice que se va a quedar el poder él y se niega a decirle para que lo va a usar. Es lógico que el Surfer quiera salvar a la gente del planeta, cosa que Doom se compromete a hacer a cambio, pero teniendo en cuenta que hasta un nene de 8 años se daría cuenta de que no hay que darle todo ese poder a Doom. El Surfer está atormentado por una experiencia reciente en la que destruyó un mundo que intentó salvar con su poder, y por eso no se anima a probar él mismo, así que le da todo su poder a Doom, lo cual lleva a la conclusión de que al Surfer le gusta bastante tener culpa, cosa asegurada después de un par de números en los que seguramente Doom va a usar los poderes para hacer diferentes tipos de destrozos.

El número termina así, con el Surfer librado de sus poderes, aunque todavía sigue siendo brillante y de plata, cosa que sin embargo no le molesta demasiado, y con Doom parado al lado triunfante. El “Continued” del final casi ni es necesario porque cualquiera se ve venir las historias que siguen, con Doom haciendo quilombo y el Surfer creando un plan para recuperar sus poderes por más que no los quiera, mientras tiene pensamientos culposos de cómo fue tan boludo de darle sus poderes a Doom.

Como se puede ver por el resumen, este comic es un ejemplo más del factor que Dave Williams en su blog llamó el Riddler factor, que es el factor que usa un escritor para justificar cosas como que el Riddler dure 24 páginas y a veces más enfrentandose a Batman.

El Surfer, por más atormentado y culposo que esté, no es menos inteligente que un nene de 8 años por lo que sabe que darle sus poderes a Doom no es una buena idea, pero Lackey claramente quería contar una variación de la historia del héroe que le da sus poderes a un villano para después arrepentirse y tener que luchar para recuperarlos, así que hace todo lo necesario para avanzar el plot.

Tom Grindberg es un artista decente (si bien los fondos no son su fuerte y muchas veces los ignora), hay que tener en cuenta que dibujar al Silver Surfer es más difícil de lo que parece y lo logra bastante bien, pero el arte se ve muy perjudicado por el realmente muy mal trabajo de los coloristas, que causa que el comic realmente no se vea bien más allá de un par de paneles.

No me acuerdo mis sentimientos o pensamientos al leer este número olvidable la verdad, pero claramente yo mismo me había olvidado de la historia y del número muy rápido, porque nunca más busqué comprar un comic del Surfer (el especial con Green Lantern lo compré obviamente porque en su momento seguía mucho a Kyle Rayner) y nunca había releído la historia hasta ahora, al menos que yo recuerde.

Rating: ★½☆☆☆

 

 

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