[2005] JLA Classified – I Can’t Believe It’s Not The Justice League

Formerly Known as the Justice League, la miniserie en donde Keith Giffen, J. M. DeMatteis y Kevin Maguire vuelven a la mayoría de sus personajes de la Justice League International, vendió muy bien, y más allá de eso, fue muy bien recibida por un número muy grande de comiqueros con nostalgia por esa era, por eso era bastante obvio que iba a tener una continuación y se la merecía.

De Formerly Known… ya hablé en su propia review justo antes de ésta, en este caso me dedico a “I Can’t Believe It’s Not The Justice League”, Formerly 2 básicamente, la continuación que salió publicada dentro del título “JLA Classified”, nros #4 a #9, de Abril del 2005 a Agosto del mismo año.

El equipo creativo es el mismo, y la historia arranca donde Formerly había dejado, con el detalle de que el primer texto de la serie es un cuadro que dice “A long time ago, in a decade far, far away”. Con ese cuadrito se explicaba al pasar que todo lo que se iba a leer ahora y todo lo que pasó en Formerly pertenecía al pasado, aunque la realidad es que directamente quedaba fuera de continuidad (por lo que tengo entendido, que alguien me corrija si me equivoco y solamente quedo en el pasado). Como ya comenté en la review anterior, esto se dio porque Didio, el encargado de la dirección editorial, y quienes más sean, tenían planes distintos para muchos de los personajes, como por ejemplo para Blue Beetle, que más o menos al mismo tiempo que esta 2da miniserie empezaba a salir, estaba muriendo en las páginas de Countdown to Infinite Crisis, asesinado de un tiro por el mismo Maxwell Lord que acá se caga de la risa con L-Ron. De la misma manera, Sue y Ralph Dibny siguen ambos vivos y son el matrimonio feliz de siempre, mientras que en la continuidad oficial Sue ya había sido sido violada y después asesinada.

No quiero ponerme a escribir mucho más de ese tema, está claro que lo que hicieron básicamente con toda la JLI no me gustó, y fue una de las cosas que hizo que me alejase más de los megaeventos DC y todas las miniseries relacionadas. No es que sea tremendamente conservador, aunque puede que haya un poco de eso en este caso por el factor nostalgia de la infancia, solamente me opongo al cambio cuando son cosas muy fuera de personaje y que tiran abajo años de historias, como fue en este caso con Max disparándole al Bicho en la cabeza. Al menos, mientras eso se publicaba también estaba saliendo “I Can’t Believe…”, en donde uno podía leer historias en donde los personajes hacían cosas que tenían sentido para como uno los llegó a conocer.

Todos los cambios impulsados para con estos personajes no deben haber sido puramente por motivos comerciales, o al menos eso creo, teniendo en cuenta que los buenos números de ventas de Formerly ya estaban disponibles, y “I Can’t Believe…” prueba que no fue algo aislado y que la gente claramente estaba interesada en comprar más, al vender todavía mejor que Formerly, entrando un par de meses en el top 25 de Diamond. Sea como sea, lo que pasó pasó y al menos tuvimos este bonus.

«I Can’t Believe..» sigue directamente desde donde quedaron los personajes el año anterior, con Max y sus diálogos con L-Ron, Sue y su dinámica particular con su esposo Ralph, Fire acercándose a Mary Marvel, ayudándola a adaptarse al mundo, y Booster y Beetle gastándose entre sí. Me gusta el detalle sutil de caracterización de Fuego, que toma bajo su ala a Mary Marvel como hizo en su momento con Hielo en la anterior Liga, siendo no casual que busque de nuevo tomar ese papel de protectora, hermana mayor, etc.

Beetle y Booster aparecen con «nuevos» trajes, con comillas porque en realidad son los mismos de siempre con un par de retoques menores o diferencias en la escala de colores. Me gustó cuando hablan de los cambios y se gastan un poco en una escena rápida al pasar, que se puede ver acá a la izquierda.

«I Can’t Believe…» empieza con un running gag (suerte de chiste u ocurrencia que se repite) de los héroes preguntándose/enterándose de que les pagan por estar en los Super Buddies, y no resulta gracioso en ningún momento. Hay algunos otros chistes o humoradas dudosas, como el chiste fácil de hacer aparecer un personaje que se llama Richard Hertz que insiste con que lo llamen Dick Hertz («dick hurts» significa algo así como «me duele el pito» en castellano), pero en general la miniserie arranca en una nota alta como lo hizo Formerly, con los escritores y artistas metiéndose cómodos a hacer lo que hacían hace una década.

Si algo le había faltado a la miniserie anterior, eso era Guy Gardner. A Guy se lo puede amar, odiar, despreciar, desconocer, apreciar culposamente, pero no se le puede ignorar o ser indiferente tan fácil, y menos en un cómic que homenajea a su Liga, y Giffen y D.M. no podían hacerlo. Guy estaba abriendo un nuevo bar (después de perder a Warriors en la continuidad de Green Lantern) junto a su nuevo socio el ex super villano clase-X Blackguard (el susodicho Dick Hertz), con nombre «The Dark Side», y casualmente elige hacerlo al lado de donde estaban los nuevos Super Buddies, apareciendo al final del primer número y sumándose a un elenco que lo extrañaba un poco (aunque no los personajes en sí).

Aparece también Power Girl, siendo bienvenida al haber sido también parte de la JL Europe de Giffen, y se pone a charlar con Beetle de lo mucho que había madurado éste, lo bien que lo veía y cosas del estilo. Booster mientras pasea un poco por el HQ de la JSA y no tarda mucho en mandarse una cagada, al agarrar un artefacto random del cuarto del Dr. Fate y, boludeando, termina mandando sin querer a todos los Super Buddies al infierno. Power Girl se junta con Max, Sue, L-Ron y Guy, los que no habían sido afectados por la boludez de Booster, para intentar ayudar. PG y Guy terminan en el infierno, con la primera no muy feliz de como se da ésto, lo cual lleva a que Guy revele que tiene un anillo de poder amarillo.

El grupo no tarda mucho en ser captado por Etrigan, el querible demonio rimador creado por Jack Kirby en su paso por DC, que también supo aparecer al menos una vez en los principios de la Liga de Giffen (probablemente aparece alguna vez más después, pero ahora no me viene a la mente). Etrigan tira un par de rimas forzadas como es su costumbre y los pone a laburar en el McDonalds del Infierno, con Blue & Gold cocinando hamburguesas, Fuego y Mary Marvel atendiendo el mostrador y Ralph entre los condenados a comer todo el excedente que no se vende.

Si bien están efectivamente en el Infierno, este es un infierno apropiado para lo que son los Super Buddies, y no se encuentran con grandes amenazas o peligros. Por otro lado, Giffen intenta un momento serio y emotivo con la aparición de Hielo, cuya alma había sido condenada al infierno por error, pero no pasa de ser un amague que le sale bastante mal. Tanto la relación entre Hielo y Fuego como la de Hielo y Guy fueron desarrolladas muy de a poco a lo largo de toda la etapa original de Giffen y D.M., dando para algunos de los mejores momentos de los personajes, pero acá queda como un poco explotada por Giffen en un intento de lograr algo de emotividad. Ya es bastante forzado que Hielo esté en el Infierno, cosa que no tiene sentido de por sí por haber sido una heroína bastante intachable que muere heroicamente (aunque tristemente en manos de Dan Vado y sus comics pedorros de la Liga), pero más boluda es la excusa rápida del error, como si el que un alma vaya al cielo o al infierno dependa de un trámite con humanos que le pifian o un programa de computadora que manda fruta.

Etrigan termina ofreciendo el protocolo de Orfeo, permitiéndoles salir del Infierno junto con Hielo, pero ésta los va a acompañar última en la fila y si alguno se da vuelta para mirar si está ahí van a perder la chance de que vuelva a la vida, y su alma va a seguir su camino al cielo como debería haber hecho en un principio. Después de la escena en donde Guy y Fuego, quienes más la amaban, se intentan resistir a darse vuelta, es Fuego quién no aguanta más y mira, causando así que el alma de Hielo finalmente vaya al cielo. Guy y Fuego se abrazan llorando y el número termina. No es la reacción que hubiera esperado de Guy, que parece amagar a decirle algo pero no lo hace y la abraza en vez de estallar un poco, putearla, o lo que sea. Puede ser también que haya sido más por el lado de que amaba tanto a Hielo que ni ganas le dan de tirar mierda, y también que yo para este momento ya esté bastante desencantado con todo el tema Fuego-Guy-Hielo acá, pero me parece la pifia más grande de Giffen en estas dos miniseries.

El grupo vuelve del infierno justo a tiempo para encontrarse con un G’Nort gigante que está aparentemente desbocado y rompiendo la ciudad a lo King Kong boludo. Guy se manda a frenarlo pero lo baja de un golpe una tal Mistress Mary, algo así como la Black Adam de Shazam para Mary Marvel, una versión villana con tanga negra, escote de rayo y portaligas. Mary y todos los demás no entienden mucho, pero el misterio se empieza a dilucidar bastante rápido con la aparición de un Shazam/Captain Marvel versión S&M, con bastante cuero negro haciendo juego, y la de una Hielo estilo conejita de Playboy después. Resulta que el grupo salió del infierno pero vino a parar a una dimensión paralela en donde vive aparentemente la versión erótica de todos los héroes. El Days of Future Past de la Liga de Giffen resulta tener más sordidez que lo que tal vez uno se hubiera esperado, pero por suerte el medio no permite que todo pase más allá de un PG-13 muy leve, sino tal vez Giffen desbarrancaba.

El grupo se divide para pelear contra el G’Nortzilla, el SadoMarvel y Max proxeneta junto a sus secuaces y al final logran volver todos a su realidad con la ayuda de un Guy acordándose de desearlo, más la breve aparición de Dr. Fate para controlar todo al final, además de prohibirles la entrada al HQ de la JSA para el futuro.

No queda tiempo para mucho más, y Giffen cierra la miniserie con unas viñetas que dicen más que lo que se ve sin necesidad de mirar demasiado lejos, teniendo a Booster, Beetle y Max riéndose juntos. Giffen se despide de los personajes junto a nosotros, los fans y lectores, y lo hace con un guiño, mostrando que por más que la continuidad oficial diga que Max en realidad era un hijo de puta calculador que mintió durante todo su tiempo en la Liga y que termina matando al Bicho de un tiro en la cabeza, en estas historias, en este pequeño universo adentro del universo DC (me salió el poeta), eso nunca pasó. En el mini-universo de las Ligas de Giffen, Formerly y «I Can’t Believe…», Max sigue mandando fruta con L-Ron y Sue y Ralph, el Bicho junto con Astro, y todo lo demás.

«I Can’t Believe…» no es perfecta ni mucho menos. Queda claro para cualquiera que venga leyendo que no me gustó toda la escena con Hielo en el Infierno, ni tampoco me convence del todo el final en el futuro alternativo más erótico. También se nota más ya a veces las fórmulas de humor o de comedia que usa Giffen, que en estas dos miniseries se vuelca completamente al carácter de sitcom de su Liga original y hace que casi todo sea comedia, por lo cual varias veces ya las situaciones o diálogos resultan un poco forzados y pierden naturalidad. La Liga de Giffen es muy distinta a estas dos miniseries nostálgicas muy conscientes de si mismas y auto referenciales, en la Liga Giffen y DeMatteis buscan otra cosa, cuentan otras historias y el humor está más balanceado con la aventura y algún que otro momento serio bien logrado. En estas miniseries Giffen y D.M. se meten en sus viejos trajes y en la vieja fórmula y mecánica, pero se nota un poco la distancia y que varias cosas pasaron en el medio.

Ahora, que no se me entienda mal, tanto Formerly como «I Can’t Believe…» me gustan y me parecen entretenidas, y me parecen un gran complemento a las historias originales, que se merecían este bonus track. Formerly me gusta más que «I Can’t Believe…», pero la diferencia es mínima. Si, Giffen mete 700 chistes en 12 números y muchas veces la pifia, pero también le pega y hace reir y sonreirse. Estas miniseries son un poco como esa película predecible de Hollywood que se sabe desde el principio que pase lo que pase va a tener un final feliz, pero que uno también termina queriendo porque se encariñó con los personajes.

Kevin Maguire mantiene un alto nivel en esta segunda miniserie, seguramente agradecido por las cosas que Giffen le da para dibujar y tiene bastante material con el que se debe haber divertido. Más allá de alguna que otra expresión dudosa, las expresiones faciales y las buenas composiciones siguen siendo su fuerte, destacándose aunque por debajo de los mejores momentos en la Liga original.

«I Can’t Believe It’s Not the Justice League» es una compra obligada para cualquiera que haya disfrutado con «Formerly Known as the Justice League», y también lo es para cualquier lector de la Liga original que sea fácil para la nostalgia, como me pasa a mi. No se lo recomendaría directamente a alguien que no haya leído ningún comic de la Liga, si bien puede que el humor le llegue a un lector casual, no es lo mismo leerlo sin el trasfondo.

Rating: ★★★☆☆

 

 

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