Or-Grund es uno de los tantos personajes creados por el gran Robin Wood, creador de Nippur, Dago, Jackaroe, Savarese, y muchos más. En este caso el personaje fue creado en colaboración con Ricardo Villagrán, reconocido dibujante con extensa historia en la historieta argentina, europea y que también hizo varias cosas para DC y Marvel. No pude encontrar ninguna entrevista en la que alguno de los dos hable de Or-Grund por lo que no tengo idea de cual fue el nivel de participación en la creación que tuvo Villagrán, pero igualmente OrG no tiene un diseño particularmente novedoso, es un bárbaro grandote y musculoso, de pelo largo rubio.
Por más que busqué bastante en Google, no pude encontrar las fechas de cuando se empezó a publicar y cuando terminó, aunque gracias al aporte del maestro Ariel Avilez ahora puedo editar y agregar que se empezó a publicar en la D’artagnan Súper Álbum nº 1 de abril de 1977, y el final de la etapa de Robin Wood debe haber sido en algún momento del 83 u 84, que es cuando Columba le pide a Fernández que continúe innecesariamente la historia. Sus historias se publicaron entonces en la revista D’artagnan y en Nippur Magnum, de la editorial Columba. Se que hay un par de tomos recopilatorios dando vueltas pero nunca los vi, me gustaría encontrar alguno para comprarlo ya que me vi obligado a leer los comics por scans. Las copias originales que tenía legadas a mi por mi vieja hace tiempo ya que desaparecieron porque una vez decidió tirarlas por algún motivo incomprensible.
Volviendo al personaje en sí, una definición de Or-Grund bastante acertada me la dieron en un foro sobre comics en psicofxp hace alrededor de una década ya, por el usuario PanzerGrenadier, que lo definió como: “una especie de mezcla de He Man, Conan y el Roña Castro”, lo cual, por más que haya sido dicho como chiste, me resultó bastante acertado.
Visualmente Or-Grund es muy similar a HeMan, una vez un compañero de hotel en un viaje de trabajo me preguntó, mientras yo estaba leyendo OrG en mi laptop, si estaba leyendo comics de HeMan, lo cual primero me dio gracia, pero bastante rápido me di cuenta de que se parece bastante, siendo los dos grandotes y musculosos con poca ropa y una especie de mullet medieval rubio en la cabeza (googlear el término o cualquier foto de He-Man para entender que es un mullet). Eso si, OrG no tiene dos personalidades, ni monta un tigre gigante con armadura, ni tampoco tiene tantos subtextos homoeróticos, entre otros detalles que los diferencian.
Por otro lado, también tiene muchas cosas en común con Conan, siendo que los dos son bárbaros bastante brutos, limitados en su capacidad de razonamiento, y con formas sociales no muy refinadas, especialmente con las mujeres, aunque no limitado a la interacción con éstas. Además, ambos tienen gran fuerza física y son prácticamente invencibles peleando. Se diferencian desde lo estético, pero básicamente sólo por el pelo, siendo OrG un bárbaro más ario, con su melena rubia ondeando al viento, a diferencia del Cimmerio, que porta un tono castaño oscuro. Detalles de color de pelo al margen, son básicamente el mismo personaje situado en diferentes contextos, con diferente historia personal y desarrollo posterior del personaje (Conan hasta llega a ser Rey en las historias de Howard), pero con un temperamento y personalidad similares, además de ser ambos bárbaros bastante buenos, violentos pero justos, ayudando siempre a los buenos y débiles y sin violarse a nadie.
Por último, la comparación con el Roña Castro del comentario que puse antes, por más que haya sido dicho solamente para ser gracioso, también es bastante acertada viéndolo superficialmente como un ejemplo de alguien machista y simple con respecto a las mujeres (no es que conozca demasiado al Roña Castro, su vida, quien es y como es tampoco, pero en el momento que fue el comentario en el foro estaba justamente sonando mucho en los medios una historia del Roña siendo machista).
El machismo es una de las cosas que más puede chocar del bárbaro, aunque es usado a propósito de forma graciosa muchas veces para alivianarlo, como cuando una mujer comandante del ejército de un reino de mujeres, que se disputa a OrG con la reina y termina matándola mientras todo el reino se cae a pedazos, al final se entrega a OrG y éste le dice algo como: “Prepárame algo de comer, mujer”. Supongo que esto no le hará tanta gracia a una mujer, aunque por ahí estoy exagerando, si bien el machismo es algo un poco extremo a veces, es congruente con el personaje y no esta hecho de manera gratuita, OrG para ser un bárbaro bruto en general trata bien a las mujeres y solamente se pone violento con las que intentan matarlo primero.
De los tres personajes mencionados, Conan era el único existente para el momento en el que aparece Or-Grund y queda claro que le debe bastante, aunque igual las historias se van para otro lado que las del Cimmerio, al menos dentro de lo que leí de éste, lo cual reconozco que no es mucho (ya sea de los comics o las historias originales de Robert Howard).
Or-Grund, el personaje y sus historias, tienen dos etapas. La primera es la de Robin Wood, que escribe 49 números y le da un final redondo a la historia, aunque es un cierre un poco inesperado, que me resultó un poco raro, aunque ya llegaré a eso.
La editorial Columba, sin embargo, no termina ahí la historia del personaje, y empieza una segunda etapa escrita por Armando Fernández, que escribe unos 45 números, también acompañado por Ricardo Villagrán (y con algunos números de Enrique Villagrán). Esta reseña, como su título bien lo indica, se encarga de la primera etapa del personaje, que es por lejos la mejor, la de Fernández es bastante regular tirando a mala y es muy olvidable, pero me reservo más comentarios para la reseña que le voy a hacer.
Or-Grund tiene una particularidad con respecto a muchas otras obras de Wood, que es que desarrolla la historia principal, el trasfondo de toda la serie, en 49 números, a diferencia de los muchos cientos que tienen otras cosas suyas. Nippur y Dago, por ejemplo, tienen mas de eso y nunca se ve un final-final del todo a la vista, pero acá la historia es más compacta, más dirigida. Si bien hay varios números que no tocan el trasfondo o plot principal, teniendo historias autoconclusivas, es claramente lo que está siempre atrás de todo y OrG no se aleja mucho de eso.
Or-Grund no es la mejor obra de Wood, no me queda ninguna duda después de releer estos números un par de veces, y tampoco debe estar entre las mejores, pero igual tiene muy buenos momentos, y el arte de Villagrán es tremendo de a ratos, aunque decaiga en otros.
En OrG, en general, Wood cuenta historias más simples que las que me tenía acostumbrado, menos reflexivas, lo cual es lógico por su protagonista. También incluye en la serie muchos elementos fantásticos, el mundo que crea está lleno de criaturas extrañas y monstruos de diferentes tipos. Se nota bastante la influencia de Lovecraft en muchos de los bichos que se cruza, y en la raza y los sirvientes de los Primordiales, que son los mayores enemigos de OrG, que evocan en parte (al menos hasta que se revela su forma) los dioses primigenios de Lovecraft, horrores cósmicos indescriptibles.
Yendo a la historia en si, Or-Grund es un bárbaro de las nieves, que se ve obligado a abandonar sus tierras obedeciendo una llamada que lo lleva hacia el sur, dirigiéndose lentamente hacia Atlantis, claro que el no se entera de esto último hasta mucho después. OrG sale en busca de una mujer morocha que ve en una visión, que se convierte en su obsesión, al principio alimentado por el hecho de que nunca había visto una morocha antes.
Siempre viajando hacia el sur, OrG termina teniendo que pelear contra cosas como hombres lagarto, una mujer loba, anfibios humanoides, una araña gigante, un monstro humanoide de 4 o 5 metros de altura, un vampiro psíquico, un dragón sin alas que parece un T-Rex, y muchos más monstruos y cosas del estilo, además de algunos más extraños, como una punta de pirámide de metal arriba de una colina que chupa vida y energía además de atraer a la gente hacia ella con una música, o una roca enorme en un lago que en realidad era un ser vivo, unas bolas azules que chupan energía, y algunos más. Estos enfrentamientos se dan en todos los números básicamente, y algunos dan para muy buenos momentos, mientras que otros no tanto.
Lo que no le funciona a Maradona o a Santana, que suenan muy mal cada vez que hablan de sí mismos en tercera persona, si queda bien en OrG, que no suena ridículo cuando grita cosas como “OrGrund Mata!” o “Paso a Or-Grund!”, es esperable que un bárbaro haga y diga cosas así. Hace poco lei un muy buen post de un blog en inglés que da varios ejemplos de porque Thor es un buen bardeador (link acá), y la verdad que OrGrund está bastante cerca del dios del trueno, se la pasa riéndose de sus enemigos y diciendo que es invencible y cosas por el estilo, y termina cayendo simpático.
Sacando a las historias bien metidas en el plot principal hacia el final, varias muy buenas, las mejores historias del bárbaro no son tantas, pero se destacan bastante del resto. La primera es “El Hombre”, la historia que mencioné en la que OrG cae prisionero de un reino de mujeres que vivían adentro de una montaña y secuestraban hombres usando unos bichos alados tipo pterodactilos para la mayor parte del trabajo. Los hombres eran esclavos en su reino y los usan para trabajar y reproducirse. OrG obviamente no dura mucho como esclavo, pero llama la atención de la reina y la capitana de las mujeres, que se lo quieren quedar para su uso personal. La capitana termina matando a la reina mientras que OrG mata a todos los pterodáctilos.
Otra buena historia es “Los Mejores”, en donde OrG llega a un pueblo en donde los hombres llevaban una marca en la frente, un tatuaje blanco, mientras que los que no la tenían no eran considerados tales ni podían tener un nombre. El bárbaro obviamente se mete en un quilombo bastante rápido y lo atrapan entre varios. Su compañero de celda es un jorobado que no podía ser hombre por su joroba, y este le cuenta a OrG que es todo el tema de las marcas en la frente. Los hombres las reciben y son reconocidos como tales cuando matan un dragón, cosa que hacen entre todos los hombres cada tanto. Al convertirte en hombre no trabajas más, podes tomar la mujer que querés y las que no fueron consagradas tienen que obedecerte y no mirarte nunca a los ojos, lo cual suena como el paraíso de los machistas y golpeadores. Detalle menor, el jorobado se llama Batroc, el cual es también un bastante desconocido villano de Marvel que me cae simpático por algún motivo. Son condenados a morir siendo usados como carnada para el dragón, pero escapan. OrG decide matar al dragón con solo la ayuda de Batroc y lo van a buscar. El dragón resulta ser una suerte de T-Rex que cae bastante fácil, gracias a OrG y una trampa que arma Batroc. Vuelven al pueblo con la cabeza del dragón y Batroc muestra ahí su nuevo tatuaje que lleva en la frente, que significa que había matado a un dragón sólo con la ayuda de un amigo, cosa que se convierte en lo que ahora los hombres del pueblo aspiran para convertirse en hombres. El número termina con OrG y su amigo festejando con vino. Es un buen número que muestra que el bárbaro es un buen amigo para tener si hay que matar algo.
Estas son dos buenas historias que, como dije, se destacan por sobre el resto, pero las dos siguientes son para mi las mejores. La primera es “El Arbol”, en donde OrG llega hasta un árbol gigante, más alto que las nubes, claramente habitado. OrG se acerca a un campamento cerca del árbol donde hay tres hombres y una mujer. La mujer le gusta bastante al rubio bárbaro, asi que uno de los hombres se la ofrece a cambio de que suba al árbol y les baje una flor especial que estaban buscando, cosa que el bárbaro acepta. Mientras sube va viendo que diferentes comunidades viven en el árbol, que no parece terminarse nunca. Al final llega adonde está la flor, que está al lado del rey del árbol. La flor aparentemente se dice que tiene el secreto de la vida, la muerte y la juventud eterna y que quien la posea será invulnerable y se adueñará de todos los tesoros de la tierra. El Rey es bastante escéptico igual y no cree nada de esto, y accede a que OrG se la lleve así su gente se ve librada de las supersticiones en torno a la flor. Se la lleva y empieza a bajar, pero pronto aparece de la nada una tormenta y le pegan rayos al árbol, que se prende fuego, lo cual muestra que la flor claramente era bastante más importante que lo que el viejo rey pensaba. Los del campamento intentan cagarlo y no darle a la mujer pero igual el árbol termina cayendo y ahí mueren todos básicamente. OrG despierta en el árbol, escuchando el chapoteo del agua, y se encuentra con el Rey, arrepentido ahora que sabe que el símbolo era verdad. OrG piensa un buen rato y al final le da la flor al rey para que empiece de nuevo. La historia tiene un clima distinto al resto de la mayor parte de las historias del bárbaro, acá no pelea contra ninguna amenaza directa, si bien pelea brevemente contra los hombres del campamento, el foco esta puesto en el árbol, el viejo rey y la flor y me hace acordar un poco por algún motivo a viejos cuentos fantásticos como los de los hermanos Grimm o Andersen.
La otra historia es “El Hombre Es Una Criatura Mortífera”. OrG le salva la vida a un Rey de una ciudad que permanece sin nombre, que lo lleva con el a su palacio. Ahí el bárbaro se entera de que los reyes cuando mueren van a un templo que permanece cerrado la mayor parte del tiempo en donde reciben como regalo de los dioses un nuevo cuerpo y vida eterna. Una esclava de la Reina que quería el premio para ella misma mata a la reina y envenena al Rey, implicando a OrG, el cual es encerrado en el templo para que el rey decida que hacer cuando reviva. El ataúd del rey tiene a la esclava adentro en vez del Rey, ésta había planeado todo para poder terminar ella ahí y recibir el regalo de la vida eterna, el cual termina recibiendo, convirtiéndose en un bicho peludo con tentáculos, chiquito, asqueroso e inmortal, igual a muchos otros bichos iguales que estaban dando vueltas por el palacio, que se pueden ver desde el principio, final que hace que OrG se escape del templo cagándose de la risa. Se ve venir este final, pero igual me gusta mucho esta historia y el tono que tiene, que adaptado a un tiempo más moderno tranquilamente podría ser un episodio de Cuentos de la Cripta, con su final irónico y tono leve de horror.
Hay varias otras historias que me gustaron, como “El Bárbaro y la Estrella”, en donde OrG termina salvando a un pueblo de hombres mudos de una punta de pirámide de metal en la cima de una montaña que brillaba y consumía hombres, “El Príncipe y las Hijas del Sol”, en donde salva a unas mujeres con alas estilo hadas, “La Serpiente en el Castillo”, donde mata a una mujer demonio que iba pasando de cuerpo en cuerpo porque los consumía, “Erial y Gar”, dos hermanos medio diabólicos, uno de los dos peleaba mientras que el otro, sentado, absorbía todo el cansancio de su hermano, que ganaba todos los duelos al no cansarse nunca, “El Miedo y la Estrella de Fuego”, en donde a OrG lo atrapa un tipo verde con cara de lagarto que estaba atrapando y matando a todos los elegidos que habían sido llamados por la mujer de pelo negro, y algunas más, como “El Centinela”, “Las Nornas”. No me quiero extender más de lo que ya lo hice sobre las historias individuales porque mi idea no es resumir historia por historia, me aburre a mi escribirlo y me imagino que debe ser peor leyéndolo, pero si quería entrar en un poco más de detalle en estas, las historias destacadas.
Recién acercándonos al final nos enteramos de que había una razón atrás de tantos monstruos y amenazas para OrG, que era la raza de los Primordiales, que representaban las fuerzas de la oscuridad y estaban tratando de tomar control del planeta. La mujer de pelo negro que aparece en la visión de OrG y lo llama es Anhala, sacerdotisa de Atlantis, ciudad que es la última defensa de la humanidad. OrG finalmente llega en “El Ultimo Valle” a Atlantis, cuna de la civilización humana más grande y avanzada de la Tierra, pero que estaba en decadencia desde hacía tiempo, y estaba poco a poco perdiendo la guerra.
La historia en donde finalmente se revelan los Primordiales, llamada de manera bastante directa y efectiva “Los Primordiales”, es otro muy buen número. De la raza que viniera de las estrellas quedan tres, Krakem, el que piensa, Rambar y Laren. Tienen forma humana, Krakem es rubio, musculoso y gigante, más grande que OrG, Laren es igual pero mujer y Rambar tiene forma de un anciano que flota en una burbuja de cristal, todos con ojos completamente negros. Fueron muchos una vez pero su raza fue destruida en otros planetas y al llegar a la Tierra los atlantes mataron a todos los que quedaban menos a ellos tres, que esperaron en la oscuridad, fortaleciendose y juntando aliados mientras Atlantis decaia poco a poco.
En la representación de los Primordiales como seres humanoides Wood se aleja de la imagen lovecraftiana y si bien son presentados como seres muy amenazantes, OrG obviamente se ríe de todo y termina matando primero a Krakem y después a Laren, pero no todo le sale bien, los atlanteanos no le creen que haya matado a Krakem y los condenan y le borran la mente a Anhala, en el proceso dándose cuenta de que decían la verdad, y es OrG el que, bastante enojado, rompe todas las máquinas que causaron un estado básicamente de coma de Anhala, a su vez que eran las únicas que la podrían haber curado. Wood le agrega así más drama al clima apocalíptico, con un giro trágico, y después un elemento sobrenatural más, pero uno que después termina teniendo un tono bastante distinto a los que ya habían aparecido.
Yabor, el anciano del Consejo, muy arrepentido por haber causado el estado de Anhala, le dice a OrG que su única esperanza para curarla era llevarla al Santuario de la Luz, el templo de la Esencia, y que le pida que la salve. OrG obviamente no está muy contento pero va y lo hace, matando ahí a Laren, el primordial con forma femenina, con la ayuda de la Esencia. Esta le habla al bárbaro y le dice cosas como que los hombres, que se habían vuelto débiles y corruptos iban a desaparecer de la tierra, pero que una semilla se iba a salvar porque amaba a su criatura, diciendole que tiene que volver al templo si quiere que el hombre sobreviva. Cura a Anhala y los dos vuelven a Atlantis para la batalla final.
Or-Grund, el bárbaro de las nieves, organiza y lidera lo que queda del ejército de Atlantis en la batalla final, y logra que sobrevivan y defiendan la ciudad un día, e intenta matar a Rambar, el último primordial, pero sólo logra cortarle una mano, mientras que los veinte hombres que lleva con él mueren . En el último número, “Génesis”, Atlantis cae mientras sus soldados mueren, pero OrG logra escapar junto a Anhala y llega al templo, sellándolo con una puerta de metal gigante al mismo tiempo que Yabor se encontraba con Rambar y apretaba un botón que explotaba algo que está dibujado como una bómba atómica pero que claramente tenía el poder de muchísimas juntas porque evapora los mares, destruye las montañas y hunde los continentes. Al final sólo queda arena y de la arena renacen un hombre y una mujer, Or-Grund y Anhala, que levantan su mano al sol, hijos del sol ambos y se preparan para reinar en un Edén verde lleno de animales, terminando con: “Y vio Dios que ello era bueno y de esta manera lo quiso y de esta manera lo decidió… Que así sea…”.
Wood me sorprendió metiendo estos elementos cristianos, haciendo a OrG y Anhala una suerte de Adan y Eva en el Paraíso, y que la última frase sea “Amén”, esto dentro de una serie sobre un bárbaro invencible que pelea contra monstruos, pero igual dentro de todo funciona. Lo critico mas ahora que lo releo, al notar cosas como estas, en su momento me gustó porque me gustan los finales felices y cierra la historia con un final feliz, un poco exagerado y con detalles como el hecho de que por más que yo no sepa mucho de biología, medicina o genética, no creo que una civilización humana pueda nacer del material genético de dos personas, pero lo tomo como algo simbólico más que nada. El final es refrescante después de todo el clima apocalíptico y las historias de un mundo corrompido por la oscuridad.
Villagrán, la mayor parte del tiempo, hace que el arte sea uno de los puntos fuertes de Or-Grund, pero se queda un poco en el camino en la batalla final, no logra impresionar y mostrar con sus dibujos las escenas épicas que describe Wood, aunque también hay que decir que tenía que arreglárselas con un espacio limitado, con pocas páginas y varias con grilla de 8 y 9 cuadros.
La etapa de Wood cuenta en los 49 números con dibujos de Ricardo Villagrán, o al menos eso es lo que dicen los créditos, porque en varios momentos y tal vez hasta números enteros o casi, se nota la mano de otros artistas, que primero pensé que eran aportes de su hermano Enrique, el siguiente más conocido de la familia, pero en realidad es la de los asistentes de Ricardo en ese momento, Víctor Toppi, Carlos Pedrazzini y Carlos Villagrán, el menos conocido de la familia y sobre el cual no puedo opinar, porque prácticamente no tuve exposición a su arte (Gracias Ariel Avilez por orientarme hacia este dato).
En pocas palabras, para resumírselo al que se rehusó a leer tantos párrafos sobre un bárbaro rubio, Or-Grund: Conan + Lovecraft + Dios por Robin Wood tiene buenos momentos y vale la pena leerlo por esos, aunque en otros aburre un poco y se vuelve repetitivo.
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