[1991] Sandman #30 – August

Normalmente no acostumbro hacer reseñas de números individuales, excepto en casos puntuales como Local de Brian Wood, que la estoy reseñando así porque se presta a eso, o la serie de reseñas de comics random que agarro de una caja que tiene un poco de todo. En este caso el motivo es diferente, habiéndoseme ocurrido por una conjunción de varios factores hablar de este número en particular de Sandman dedicado a Augusto, el primer emperador romano, también conocido en diferentes etapas de su vida como Gaius Julius Caesar Octavianus, Gaius Octavius, Octavian, Imperator Caesar Divi Filius Augustus y un par más.

Yendo a los datos técnicos, Sandman #30 es publicado por Vertigo en, sí, Agosto de 1991. Escribe Neil Gaiman, con dibujos de Bryan Talbot y tintas de Stan Woch. Portada por Dave Mckean.

Se me ocurrió hacer esta reseña mientras leía sobre historia romana, influenciado por haber estado mirando «Rome», la serie de HBO que narra el conflicto entre Pompeyo y el Senado contra Julio Cesar, que termina con este como dictador de Roma, además de su posterior asesinato y el siguiente protagonismo de Augusto, Marco Antonio, el Segundo Triunvirato de Roma, y después el primer emperador.

El Augusto que se ve en Sandman es muy diferente del pibe de 16, después 18 años que se ve en Rome, teniendo acá casi 70 años, con la mayor parte de su reinado ya cumplido y con un Imperio enorme, rico y próspero, con el ejército feliz y la gente alimentada y satisfecha. Habiendo llegado a una edad muy respetable y viendo su final no muy lejos, Augusto se ve en un dilema con respecto a lo que quiere que sea su legado y el futuro de Roma, y este tema lo atormenta bastante.

Siente miedo de un dios en particular, su tío y padre adoptivo Julio César, quien le había hablado muy claramente de lo que quería para el futuro de Roma, y él no estaba muy de acuerdo. Luego de su muerte, el Senado había declarado Dios a Julio César, presionado por el mismo Augusto, que lo hizo por cuestiones políticas, para ganarse la simpatía de gran parte de los sectores populares y de la mayoría de los simpatizantes de César en general. El Senado luego repetiría esto con el mismo Augusto y su esposa Livia, aunque no lo hace para los siguientes emperadores.

Augusto estaba aquejado por constantes pesadillas, y es después de una, en sueños, que se le aparece Morfeo intercediendo como favor a un dios romano, Término, el dios de los límites. Morfeo estaba enterado del dilema de Augusto, y le aconseja convertirse en mendigo un día de cada año y pasarlo en el mercado, dejando de ser Emperador y escondiéndose así de los dioses para poder planear y pensar en paz.

El número narra el primer día que Augusto hace esto, ayudado por Lycius, un amigo enano actor que lo ayuda a disfrazarse y maquillarse como mendigo con erupciones en la piel. Lycius sirve para aportar un par de anécdotas, pero más que nada para que el numero no sea el 90% Augusto sentado en el mercado con burbujas de pensamiento, siendo lógicamente más interesante un diálogo. No hace mucho más que servirle de interlocutor a Augusto, el único protagonista del número.

El dilema con el que éste se enfrenta, el cual lo lleva a esconderse de los dioses para poder pensar bien, es sobre que futuro elegir para Roma. Habiendo estudiado atentamente todos los libros de profecía del Imperio, se había encontrado con que habían dos futuros posibles para el Imperio de Roma. Uno en donde seguían su curso por un par de cientos de años y después eran destruidos por bárbaros y dioses extraños, mientras que en el segundo el Imperio Romano llegaba a dominar el mundo entero, llevando su águila dorada a todos lados y durando diez mil años o más.

El futuro con el Imperio Romano conquistando a todo el mundo era el que obviamente quería su tío-dios Julio César, mientras que Augusto estaba definitivamente convencido de que eso no era lo que quería que pase, por lo que planifica su testamento y sucesor mientras le dejan monedas en el mercado.

Gaiman se basa bastante en la descripción de Augusto del historiador Suetonio, y toma como hecho la acusación de Marco Antonio y otros sobre que el César mantenía relaciones sexuales con su sobrino, aunque en el cómic esto no fue algo querido o aceptado fácilmente por Augusto, causándole de mayor las pesadillas recurrentes que tiene.

En la serie de Roma se ofrece una explicación alternativa, haciendo que la supuesta epilepsia que aquejaba al César le agarre en un momento que estaba en una fiesta con Augusto, que se encierra con él y un esclavo para esconderse hasta que se le pase porque el conocimiento público de que estaba aquejado por esa enfermedad hubiese significado una muerte política, y una sirvienta de la madre de Augusto, Atia, escucha ruidos fuertes y los ve salir y lo interpreta como que habían tenido sexo. Lógicamente que no hay manera de probar si esto fue o no así y si lo fue de que manera, por lo que queda a elección y Gaiman lo aprovecha para causar el odio y el conflicto de Augusto con su tío.

Augusto es una figura con mucho peso en la historia, y lo es por muchas razones, habiendo logrado mucho en sus alrededor de 45 años como Emperador, creando la guardia pretoriana, anegando nuevos importantes territorios al Imperio y con eso trayendo nuevas riquezas, y engrandeciendo a Roma y sus edificios, construyendo muchas cosas nuevas.

A lo largo de su reinado como Imperator tuvo diferentes cargos políticos, aparentando dejar el poder de a ratos inclusive, pero manteniéndolo o volviendo ante el reclamo del pueblo. Como legado deja las condiciones para que se instale una Pax Romana que llega a durar unos doscientos años, con muy pocas guerras o conflictos armados en ese tiempo, y muchos elementos de su gobierno, leyes y estatutos, se mantienen hasta la caída de Constantinopla en 1453.

En el comic, elije como respuesta a su dilema dejar fijados en su testamento límites para la expansión de Roma, para frenar el expansionismo que siempre los caracterizó, y designa a Tiberio como el siguiente Emperador, inaugurando así supuestamente una línea de sucesores bastante dudosos, con acusaciones de locura, algo de incompetencia, o directamente maldad.

Digo supuestamente porque si bien eso es cierto de emperadores siguientes como Nerón o tal vez Calígula, de acuerdo a la historia Tiberio había sido un gran general, respetado por sus soldados y exitoso. Algunos historiadores lo describen como una figura sombría al tomar el rol de Emperador, diciendo que no quería realmente serlo, y de hecho se retira de Roma unos años antes de su muerte, después de algo más de dos décadas como Emperador, pero no es derrocado ni repudiado por el pueblo. Claudius, quién sucede a Calígula, también es señalado por varios historiadores como un administrador capaz.

El comic no es exactamente fiel a la historia con respecto a los límites que Augusto fija para el Imperio, o al menos esto es en parte desobedecido por los Emperadores subsiguientes, empezando por Tiberio, ya que se siguen anegando algunos territorios más allá de la Pax Romana reinante, como por ejemplo Britannia por Tiberio y Claudius.

Es durante el largo reinado de Augusto que se va fijando cada vez de manera más fuerte el carácter de Emperador, líder absoluto de Roma, perdiendo cada vez más peso y fuerza la República y el Senado. Augusto mantiene tanto tiempo el poder que las nuevas generaciones nacen y llegan a la adultez con él como Emperador, sin muchos motivos para extrañar a la República.

Augusto compartía claramente la visión de César sobre el fracaso de la República por culpa del caos y la corrupción reinante entre los Senadores, desconectados del pueblo en su mayor parte, defendiendo sus propios intereses, con pocas excepciones. Asienta entonces la figura del Imperator, que no es Rey en título ni la sucesión es por familia, pero sí lo es en efecto en cuanto al poder, teniendo control sobre el Senado y el ejército de Roma. Emperadores siguientes van a usar regularmente el título de Augustus antes de su nombre.

El número es interesante y entretenido, la figura de Augusto y sus pensamientos sobre algo tan importante como su legado y el futuro de Roma interesan, pero a su vez hacen que se termine quedando un poco corto el espacio.

Gaiman cuenta una historia corta y específica, aprovechándose de un tema tan rico como lo es ese período de la historia de Roma, para lograr interesar al lector y que poco después ya esté uno siguiendo su camino hacia otro número autoconclusivo, en este caso también protagonizando un Rey pero uno muy distinto, el único y autoproclamado Rey de Nueva York, una de mis historias favoritas de Sandman, pero ese ya es otro tema.

Bryan Talbot, junto con Stan Woch en tintas, cumplen un trabajo decente, con algunos buenos momentos como en la secuencia que aparece Morfeo, aunque no siempre convencen las caras de Augusto y se toman libertades con cosas como el templo de Marte, por nombrar un ejemplo.

Augustus es un numero interesante pero tampoco tremendamente memorable, que le va a resultar interesante a cualquiera que le guste la historia o Roma, aunque termina faltándole un poco más de sustancia a la historia tal vez.

«Have I played the part well? Then applaud as I exit»

 

Rating: ★★★½☆

 

 

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