WildC.A.T.S: COVERT ACTION TEAMS es el aporte de Jim Lee a la naciente Image, inicialmente una miniserie de 4 números publicada entre Agosto de 1992 y Marzo de 1993 (fechas de tapa).
Se puede contar a WildC.A.T.S. como uno de los casos de éxito de Image, aunque uno con una trayectoria bastante particular. Si bien no llego al éxito de un Spawn o del X-Men de Jim Lee, fue el que más se acercó en más de una manera, tanto en cercanía del millón de copias vendidas, como teniendo también eventualmente una serie animada y su juego de SNES. Pero la particularidad viene más por el lado de lo que siguió, que fue un viaje primero por el universo Wildstorm pero ya publicado como un sello de DC Comics, para después directamente verse integrado en el mismo universo que dan vueltas Batman, Superman, etc.
Pero eso fue varios años después de estos inicios en donde Jim Lee se juntó con su amigo de infancia Brandon Choi para ver que les salía ante el desafío de crear un universo nuevo. Entre personajes de la infancia, rediseños, mezclas y cosas nuevas, fueron creando su supergrupo y su villano y conflicto, y la verdad no se puede decir que no hayan sido ambiciosos.
Buscan crear un supergrupo que se sienta poderoso y épico, además de darles una aventura/ópera de acción de ciencia ficción con un poco de religión metida en el medio, con los Daemonites como aliens/demonios que buscan invadir la tierra y los Kherubim ángeles/superhéroes metidos para defender la Tierra. Hasta donde lo logran es cuestión de gusto, pero el tono está y el intento se ve.
El arte de Jim Lee junto con las tintas de Scott Williams, si bien no es de los mejores de la carrera de la famosa dupla, está entre los mejores de los debuts Image, aunque no sea el primero o segundo que me quedaría por preferencia personal. Hay vicios típicos de la época, varias poses dudosas femeninas, cosas del estilo, pero en general se nota el cuidado y atención al detalle.
WildC.A.T.S. es entonces: Spartan, Maul, Warblade, Marlowe, Void, Voodoo, Grifter, Zealot. No arrancan todos juntos o como una unidad, desde el primer número se van juntando y conectando algunas conexiones separadas, siendo Voodoo por ejemplo alguien que rescatan y termina uniéndoseles después al no quedarle mucha opción versus la lucha contra los daemonites.
Este conflicto mayor va revelándose en un par de capas conforme pasan los números, conforme se desarrolla el villano principal que aparece, Helspont, líder del Cabal, con soldados como Pike y otros a su servicio.
Helspont y el Cabal se van revelando como lo que son y el plan principal de lograr la invasión Daemonite, primero desde el topo que plantan en el gobierno de USA al reemplazar al vicepresidente y después ya directamente.
Aparece Youngblood en el cliffhanger del #3, en el que debe ser el crossover Image que más sentido tiene en como es usado y aprovechado para la historia integral, al aparecer para defender al vicepresidente de una amenaza superheroica y por ende pelear un rato con los WildCats hasta enterarse de que el VP era un alien. Hasta parecen personajes «serios»!.
No está mal usado el recurso de «el villano parece haber logrado lo que quería y necesitaba y está a punto de ganar» para después pasar al comeback en donde le ganan. La historia mejora un poco para el final, no al punto de resultarme gran cosa, pero al menos manejando mejor la parte de acción, aventura, con mejor ritmo.
No le veo mucho sentido al giro del final con la nueva amenaza que aparece cuando parece que ya está todo al evitar la invasión Daemonite, el petiso de rojo que se llama Gnome. Parece matar a Helspont, se roba el Orb junto con su tríada de villanos, Marlowe le vuela un brazo de un disparo (alto disparo) y termina su ilustre carrera tirandose al vacío para agarrar el orb que se está cayendo al estilo Gollum con el anillo único.
El grupo corre y se escapa de las explosiones y queda lugar para un par de páginas de reflexiones y que el grupo quede conformado y listo para más aventuras.
…
Mi principal problema con Wildcats nace desde una sensación muy personal, que es que se siente muy frío. Si, los personajes y trajes son noventosos, como no podrían ser de otra manera, pero son mayormente distintivos. Si, en el primer número hay mucho que no se entiende demasiado, con una gran cantidad de personajes presentados al pasar junto con tal vez algún trasfondo que dura dos segundos, pero a la vez también se va vislumbrando que hay una historia más grande atrás y una estructura trabajada.
Se puede decir que varios o todos los personajes parecen mayormente derivativos, como es el caso en muchos de estos debuts Image. Como si la libertad para hacer lo que quieran, su Batman, Superman, Spider-Man, X-Men, lo que quieran, a su manera y sin las limitaciones del legado, continuidad, editores, etc, no haya permitido que se vayan muy lejos de esas fórmulas.
El más fácil para reducir en esto es Grifter, con un poco de Batman (él único sin poderes del grupo), Punisher (pero que te caga a tiros) y Wolverine (y tira alguna frasecita). Maul, cubriendo el rol del Hulk, Zealot con algo de Wonder Woman, Spartan de Cíclope o Superman, etc. Pero lo cierto es que reducir estos personajes a esto más allá de algun aspecto u otro es bastante injusto, por un lado porque WildCats y la mayoria de sus personajes terminan teniendo una trayectoria bastante respetable, pero más que nada porque las influencias nunca terminan tomando el control y sobrepasando al nuevo personaje.
Jim Lee y Brandon Choi hacen un trabajo muy prolijo, profesional, de los más pulidos de todos los debuts Image, pero que le falta un poco más de pasión. Puede que haya un poco de proyección de mi parte por sobre el perfil y la personalidad de Jim Lee, pero a la vez esto también puede verse como que es justamente lo que lo influencia cuando se lanza por primera vez como creador.
Un esfuerzo muy trabajado, con mucho cuidado en el diseño de cada personaje, en la construcción de su mundo, pero Youngblood tiene más pasión. Lo mismo se ve en Spawn, Savage Dragon, ShadowHawk, hasta Cyberforce. No estoy diciendo igual que prefiera a todas las mencionadas sobre estos inicios de Wildcats, que además ya para el final de la miniserie y con el tiempo va encontrando un poco más de corazón.
Se pueden armar especulaciones e interpretar proyectando sobre lo conocido de cada figura en su obra, sobre porque de Todd McFarlane, individualista y con un fuerte ego, sale Spawn, mientras que Rob Liefeld, un extrovertido entregado a lo que sea awesome y EXTREME! jamás iba a contenerse en un sólo personaje. Se puede seguir en esta línea y especular que no sorprende que WildC.A.T.S. haya sido la obra de Jim Lee, a quién el diseño de un solo personaje nuevo no iba a satisfacer sus necesidades ni tampoco darle el material para las grandes y concurridas escenas de acción que quería hacer.
Se pueden buscar conexiones lógicas con el trabajo en X-Men que hizo y que recordaba mejor que nadie su éxito con esa fórmula, pero tampoco hay que desestimar el aporte de Brandon Choi desde antes del inicio. El que haya creado esto junto a su amigo de la infancia desde el principio, el que varios personajes tengan ese trasfondo más personal, muestra otro lado de Jim Lee, al menos desde lo colaborativo y de como siempre sigue en esa vía reconociendo sus limitaciones en cuanto a escribir todo sólo.
No recomiendo mucho WildC.A.T.S. realmente, afuera de cualquiera interesado en volver a los 90s y a los inicios de Image y que sepa que le gustan este tipo de comics. El arte de Jim Lee sólo para mi no vale la pena, ya de por si con los años acumula muchos mejores ejemplos, y la historia nunca llega a solidificarse del todo para significar mucho en el medio de toda la acción.
Rating: