The Exterminators fue una serie regular publicada por Vertigo entre el 2006 y el 2008, en total tuvo 30 números. Está escrita por Simon Oliver y dibujada en su mayor parte por Tony Moore.
The Exterminators no es una gran serie, aunque es bastante entretenida al principio. Tiene momentos buenos, ninguno increíble, pero igual tiene los suficientes momentos buenos como para que valga la pena leerla.
Los dibujos de Tony Moore son una excusa suficiente para comprarla. La verdad que a mi me encanta como dibuja Moore, tiene un estilo muy limpio, con mucho detalle, y tiene una gran facilidad para el diseño de la hoja y para las expresiones faciales. Hay algunos números en donde se nota mucho que no tuvo el tiempo que necesita para lograr sus mejores dibujos, con varias figuras bastante poco definidas (lo opuesto básicamente de lo que es su estilo), pero Moore es un artista bastante lento también, eso le juega en contra.
Hubiese sido interesante que se explore más el mundo gigantesco de los insectos en vez de hacer que el principal bicho amenazante de la serie sea una especie inventada. Sacando algunos comentarios sobre las cucarachas, no da la impresión que Oliver haya hecho demasiada investigación sobre insectos y, teniendo en cuenta la enorme cantidad de bichos raros, desde su apariencia visual y también por las cosas que hacen, esto es algo que queda desaprovechado.
Además de Moore a la serie también aportaron dibujos Ty Templeton (un groso), Chris Samnee (que por algún motivo hace las caras igual a Mike Mckone acá), Mike Hawthorne (zafa), John Lucas (zafa, tiene algunas viñetas muy buenas) y Darick Robertson (otro groso), así que no se puede decir que hayan ratoneado con los dibujantes.
El personaje principal de Exterminators es Henry James, un pibe que sale de la cárcel y que entra a trabajar en el negocio de exterminadores del esposo de su vieja y resulta ser bueno en el laburo. Oliver intenta darle chapa al personaje en todo momento y arma un ex chico malo ahora rescatado al que le falta profundidad, pero que cae simpático de a ratos. El problema con el personaje principal es que muchas veces es bastante aburrido y genérico, y los personajes secundarios son los que resultan más interesantes.
Los personajes secundarios son un poco exagerados y extravagantes, pero en general funcionan, como el Dr vietnamita ex científico del Kmer Rouge en la dictadura de Pol Pot o el exterminador cowboy zen. Toda la historia de “amor” entre el ponja y la científica gorda, con su escena gráfica de sexo es un poco grotesca, pero me hizo reír, termina siendo uno de los mejores momentos de la serie (no se si eso habla mal de la serie o de mí).
La serie empieza con un enfoque interesante de Oliver sobre los exterminadores y la empresa Bug Bee Gone del padrastro de Henry, que además de emplear gente bastante rara se toma su trabajo como una guerra constante contra la naturaleza, haciéndole un servicio a la sociedad al controlar las plagas.
Un detalle menor, que me da gracia además de molestarme levemente, es como usa el español en algún que otro momento. Digo que me molesta levemente porque Oliver, si decide usar el español original para ser más auténtico, debería al menos consultar para que las cosas que pone tengan sentido y no poner frases claramente traducidas por internet como “Hola hola. Esta sabado especial! Mujeres escaso revestidas… mucho mujeres escaso revestidas…” o “Esta usted un indio?” (y estas son frases dichas por supuestos hispano parlantes, no por gente intentando mal hablar español sin saber). En fin.
El primer problema que tiene Exterminators es que Oliver comete errores conceptuales, como el hecho de que presente al gas de nivel 4 que usan contra las cucarachas mutantes como algo completamente experimental, supuestamente si los contenedores son agitados o se caen, cada uno puede explotar una manzana entera. Pocas páginas después Henry y Stretch están corriendo agitando los contenedores sin parar, cayéndose, con explosiones pasandoles cerca, y no pasa nada. Es obvio que Oliver no va a matar dos personajes de esa manera, pero se podría haber evitado el intento tonto de darle chapa al gas.
La serie ya venía decayendo para el momento en el que aparece la reencarnación de un faraón egipcio que era sanguinario y amante de los insectos, pero con esto se vuelve más marcado. El faraón Atan vuelve a la vida con el cuerpo de AJ, un ex exterminador que muere de sobredosis de gel anti cucaracha narcótico en los primeros números, y a partir de su renacimiento vuelve a armar su ejército de bichos para tomar el mundo o algo por el estilo.
Junto a este plot de Atan reencarnado, el dios Kheperon y la aparición de los Mayan Hissers (no es un bicho existente por ende no hay una traducción especifica, sería algo así como los “Silbadores Mayas”), unos nuevos bichos legendarios creados por Oliver que supuestamente hicieron que mueran todos los mayas; todo esto suma para que la serie pase a ser una película clase B, mediocre, y ya clase C para el final.
Todo el plot de Koko, la piba cuyo “tutor” Sean muere por culpa de la droga Draxx, que se embarca en una misión de venganza en contra de los dealers ayudada por una encargada de biblioteca pública que se cruza mientras va ahí a llorar, que justo resulta ser miembro retirado del ejército rojo clandestino y está llena de armas que le da a ella después de charlar un rato, que coman juntas y Koko le cuente su historia (también le da una bomba, por supuesto), todo junto es demasiado. Ya Oliver para ese punto ni siquiera intenta ser creíble dentro de la ficción fantástica, ya no hay suspension of disbelief que funcione la verdad.
Lo gracioso es que el personaje de Koko claramente tiene un pasado marginal o al menos relativamente jodido, por lo cual Oliver tranquilamente podría haber buscado otra manera para que consiga armas y que tenga algo de sentido, pero no, justo tenía que conocer a la viejita subversiva, ex-guerrillera, que regala armas y bombas a las jóvenes necesitadas.
El número del barco con las mariposas asesinas es entretenido pero todo lo que sigue después, hasta el final, vuelve a ser olvidable y bastante malo de a ratos (como todo el número centrado en Danielo, el hijo de Gloria, que se vuelve terrorista).
La saga final tiene algún que otro momento, como la escena entre Gloria, Koko y el guardia de seguridad cuando estas estaban disfrazadas de trolas, o cuando el detective Hunter cae con el helicóptero, pero como dije antes, la mayor parte del tiempo la serie ya es directamente mala.
Oliver logra imaginar una premisa bastante interesante, le da un buen enfoque a una serie que tiene exterminadores de bichos y plagas como protagonistas, al hacer que su trabajo para ellos sea casi como una misión sagrada, proteger a la humanidad del avance de la naturaleza que no los quiere, en una guerra constante. Lo malo de Exterminators es que lo bueno mas o menos para ahí.
Tiene algunos buenos momentos y el personaje de Stretch y de Saloth me caen simpáticos, pero no mucho más. El personaje principal, Henry James, nunca termina de ser bien caracterizado por Oliver, y termina siendo poco más que un estereotipo de un pibe un poco arrogante que va por la vida pensando en todas las que hizo. El personaje de Page me gusta más que el de Laura, es un personaje femenino fuerte con buenos momentos, pero para el final se vuelve un poco caricaturesco como toda la serie.
Como dije al principio, The Exterminators no llega nunca a ser una gran serie y por ende eventualmente es cancelada, en general en Vertigo las cosas que no tienen una calidad por encima de la media terminan así bastante rápido (hoy en día más inclusive). Oliver de a momentos la pifia, a veces bastante. Sus diálogos son varias veces bastante malos y acartonados y ciertos personajes e historias son demasiado embolantes. Esto se balancea con los buenos momentos, como el número del crucero o la primera historia contra el ejército de cucarachas, y por eso en sí Exterminators es una lectura entretenida, pero no pasa de eso, no la recomendaría demasiado, aunque se puede comprar entera en TPs en Amazon.
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