Escribir una reseña de Zero Hour tiene un poco de nostálgico y especial para mi porque me lleva directamente a esa infancia que ineludiblemente va quedando cada vez más lejana. Siendo parte de la «Generación Perfil» que creció y se hizo comiquera leyendo esas publicaciones de la Liga de Giffen y DeMatteis, la Liga de Europa, Batman, Superman y el inolvidable e impresentable Flushman, también fui parte de esos niños que vivieron una de sus primeras desilusiones memorables con la anunciada cancelación y relanzamiento de la línea a partir del especial de Zero Hour, que nunca llegó, y se quedó solamente en la parte de cancelación.
Me quedó grabado el recuerdo de mandar a mi hermano al kiosko de revistas y/o acompañarlo después de la fecha señalada, día tras día, para preguntar «Ya salió Hora Cero?» y recibir siempre el mismo «No» desolador como respuesta. Finalmente entendí que no iba a salir, que habían garcas en este mundo que cancelaban las historietas que uno quería (claramente tuve bastante suerte de pendejo con el tema grandes desilusiones si esta me quedo como una de las más memorables).
Hora Cero nunca salió, y en mi caso fue para mejor, porque fue por eso que tuve que salir a buscar otros lugares para conseguir historietas que no fueran el kiosko de revistas, y así llegue no mucho después a mi primera visita al viejo Club del Comic, de donde, gracias a mi hermano mayor y su generosidad monetaria para complementar los magros pesos que tenía (gracias Juan), me fui con Crisis en Tierras Infinitas, los primeros 20 números de Sandman de Zinco, y el TP en inglés de Zero Hour.
Crisis me voló la cabeza primero, Sandman después (aunque de una forma muy distinta y hasta donde lo pude entender), y Zero Hour eh….. Me gustó, pero comparado con esas cosas y lo que seguí descubriendo inmediatamente después, sumado a la enorme expectativa que había acumulado, hizo que no me cause demasiado más allá de gustarme en ese momento todo el tema de Parallax y el nuevo Green Lantern y un par de cosas más.
Desde aquel entonces a hoy lo debo haber releído alguna vez, pero la verdad que ni me acuerdo y queda claro que me marcó por otro lado que no era el de la historia en sí, por lo que al releerlo hoy para escribir esta reseña, lo pude agarrar con ojos bastante frescos.
8 años después de la primera Crisis en Tierras Infinitas que terminó con el Multiverso DC y lo convirtió en un Universo, todavía quedaban algunos puntos oscuros y aspectos en la continuidad de DC que no habían sido tratados y explorados bien, y por más que a partir de esa saga se había convertido en norma hacer un MEGAEVENTO o crossover por año (y a veces más, como en 1991), no se había revisitado la crisis ni ningún aspecto de la misma hasta que aparentemente se confluyeron los astros y apareció Dan Jurgens con una propuesta al mismo tiempo que KC Carlson, un editor, presentaba otra propuesta en la misma línea, y de ambas salió Zero Hour.
Zero Hour: Crisis in Time está escrita entonces por Dan Jurgens, que se encarga también de todas las portadas y de dibujarla junto con Jerry Ordway, que es quién aporta las tintas al final. Sale publicada originalmente en Septiembre de 1994.
Varias veces se la llama la crisis olvidada por no ser una propiamente dicha desde el título y porque no recibió las buenas críticas y consideración de la original por más que vendió muy decentemente en su momento, pero en general se la nombra junto con el resto, la original más Infinite Crisis y Final Crisis, a veces también metiendo Identity Crisis en el grupo. Tiene sentido ya que por más que no lo lleve en el título si está en el subtítulo, Crisis in Time, pero también por los puntos en común que toca, desde las paredes de entropía que se comen la realidad al hecho de que es un MEGAEVENTO en gran escala que reinicia el universo entero (literalmente en este caso) por más que los cambios hayan sido mucho menores en comparación con la original y se haya mantenido lo mismo sin cambios en la mayoría de los casos.
En cuanto a la experiencia de leerlo, que es lo más importante a fin de cuentas, lo cierto es que me costó bastante digerirlo. El arte de Jurgens y Ordway me encanta, no es ni por cerca una de las críticas, Jurgens representa mucho del arte de la época en DC y de buena manera, con su estilo clásico, limpio y en general muy fluido, y un buen trabajo en las expresiones y en las caras, pero el Jurgens escritor es otra cosa. Jurgens cuenta una historia en la misma escala de la crisis original en cuanto al nivel de amenaza, mundos y líneas temporales que desaparecen y más, pero al mismo tiempo en menor escala en cuanto a desarrollo y participación activa de personajes, lo cual podría ser una buena elección en sí, pero no logra o elige darle una voz distintiva a alguno.
La historia sufre al no enfocarse demasiado en nadie por mucho tiempo, al principio parece que iba a ser Waverider, después Guy, pero son momentos y en general todo parece bastante desconectado si uno lee como yo solamente el TP (que por suerte incluye los dos segmentos de Showcase con Waverider y Monarch-Extant), o peor, solamente la miniserie.
Son demasiadas las escenas que llevan y preparan un tie-in de alguno de los números individuales de las series de los personajes, o que vienen de uno de los que hubo después, sin que se explique lo que pasa pero si haciendo referencias vagas que sólo sirven para que uno note que hay cosas que no se explican y que no se van a entender si no se agarran tie-ins no incluidos en la recopilación. Algunos miembros de la Legión de Superhéroes aparecen y desaparecen de un momento a otro sin que nadie diga nada, lo mismo con varios otros personajes, Aquaman aparece sin una mano y todo vendado y Wonder Woman le pregunta si estaba bien y balbucea que sí y nada más (de hecho, ninguno de los dos aparece de nuevo después), y varias cosas así. Esto finalmente desaparece para la resolución, que es el mejor momento de la historia, aunque no alcance para reivindicar la miniserie.
Es claro que muchas de las decisiones y cambios de personajes fueron elegidos y mandados por DC, cosa que Jurgens ha aclarado en entrevistas, aunque si fue él quién eligió a Parallax- Hal Jordan como el villano desde el principio, algo bastante lógico teniendo en cuenta su trabajo en los títulos de Superman, en donde se había dado la destrucción de Coast City que fue el detonante que llevó a Emerald Twilight y la caída de Hal, cosa que además era bien reciente.
Más allá de que no haya elegido muchos de los cambios puntuales, se ve en Zero Hour desde el principio todo un tema de «pasar la antorcha», de hecho Jurgens hasta dice la frase literalmente, con la vieja guardia retirándose y dándole paso a la nueva generación (en algunos casos la tercera, como en el de GL y Flash).
Esta es una de las ideas interesantes que toca ZH, con los héroes originales de la edad dorada de los comics reconociendo que habían estado dando vueltas demasiado tiempo ya, pero no me gusta como se dan los retiros en la mayoría de todos los casos, y este es el principal problema, más allá de diálogos imperdonablemente acartonados.
No es culpa de Jurgens que a un personaje clásico y con mucha chapa como Dr. Fate elijan reemplazarlo con el noventoso y pseudo metalero Fate con un tatuaje en el ojo y nada de un casco dorado que le tape las mechas, pero si como lo retira, con un rayo al pasar de Extant, que también se carga a casi todo el resto de la Justice Society, y a los que no mata los envejece y efectivamente retira (menos Alan Scott – Green Lantern, al que lo protege su anillo).
De la misma manera, Jurgens falla en la mayor parte de los momentos que intenta o pretende emotivos, como una muerte de Flash – Wally West, de la cual ni me acordaba que pasaba, un «homenaje» muy choto y bastante sin sentido que suena más a «hey! esta es otra crisis! la otra les gusto y se muere un Flash, o no?» que otra cosa, hecho en 4 hojas rápidas y sin ningún tipo de consecuencia, ya que Wally ni siquiera se muere, viaja en el tiempo.
Sin dudas que tener mucho menos espacio que la Crisis original no lo ayudó, aunque da la impresión de que un par de números más probablemente hubieran empeorado la cosa en vez de hacerla mejorar. Sea como sea, la mayor parte de los supuestos momentos «emotivos» duran un par de cuadros o un par de hojas en el mejor caso, y las sentidas reacciones muchas veces ni abarcan una viñeta entera que ya están hablando de la siguiente cosa.
Hay algunos momentos decentes como el tratamiento y transformación de los múltiples Hawkmans en uno solo, bien dibujada la secuencia por Jurgens y con un buen diseño de personaje para el supuesto «nuevo y definitivo», pero no se me ocurre mucho más y todo lo termina tapando el hecho bizarro de que Damage, personaje completamente olvidable (y mayormente olvidado) de los 90s sea quién crea el nuevo Universo. Seguramente dentro de 40 años el nuevo Grant Morrison lo use como detalle obscuro para alguna historia delirante, ojalá.
Mientras que la Crisis original nos da un nuevo universo DC con un verdadero reboot de toda la línea, Zero Hour se vende como casi lo mismo pero termina siendo poco más que una excusa para bajar a varios personajes y crear nuevas versiones noventosas de los mismos. Por si quedaba alguna duda, el epígrafe del TP promociona los siguientes nuevos títulos que salen a partir de ZH: Fate, Manhunter, Extreme Justice, Primal Force, R.E.B.E.L.S. y, al menos, Starman. Al igual que Bloodlines, que en el medio de tanta bazofia nos dio Hitman, Zero Hour en el medio de tanta bazofia nos da el Starman de James Robinson así que bueno, es algo.
Tantos motivos editoriales y comerciales atrás del evento no iban a ayudar a la historia, y lo cierto es que termina pareciendo lo último en lo que se pensó la mayor parte del tiempo, además de que hace que se note más el poco espacio cuando todo se explora en pocos cuadros o páginas, y hasta la resolución sufre con esto. Hal Jordan quiere recrear un nuevo universo en el que todos estén vivos, sin dolor ni sufrimiento hasta donde pueda hacerlo, en donde Coast City y sus millones de personas no hayan muerto y así, pero «no se puede jugar a ser Dios», por lo que Ollie le pega un flechazo y lo «mata».
No digo que esté bien lo que quería hacer, es un tema discutible y una idea que daba para más, pero no había espacio y el villano es el villano, por lo que había que bajarlo y a otra cosa. Por otro lado, más allá del comentario del final, los breves momentos de Ollie al final con respecto a Hal y lo que tiene que hacer son los únicos que logran algo de emotividad y darle pathos a la historia.
Que más? Spectre pisa un planeta y salpica como si fuera de plastilina mientras pelea contra Parallax, mostrando ya bastante desconsideración con los seres del nuevo universo de Hal, y al final del TP hay una línea temporal muy linda de la nueva continuidad oficial y revisada del Universo DC. Seguramente a mis diez años no le dí mucha bola y ni me acordaba, pero viéndola hoy me doy cuenta del laburo que les debe haber llevado y me quedé un buen rato mirando los detalles.
No me parece que Zero Hour sea el peor evento/crossover de DC, todavía no tengo fresca mi releída de Infinite Crisis y ya reseñé cosas como War of the Gods, Millenium y Bloodlines, que se van a estar peleando ese podio, y todavía tengo que releer Genesis, de la cual no me acuerdo absolutamente nada y nunca la releí desde que la compré, por lo que asumo que era tan mala que la reprimí. Zero Hour tiene al menos algún que otro momento o cosa que funciona, pero un par nomás.
No se la recomendaría a algún lector nuevo que quiera meterse de cero en el Universo DC o aunque esté enfocando específicamente las crisis, y lo cierto es que todos los cambios que introdujo ya fueron a su vez deshechos (y más de una vez en varios casos) por lo que puede ser tranquilamente salteado, pero si uno quiere leer todas las Crisis y relacionados, tendrá que comprarla y tal vez tenga una experiencia distinta a la mía. Uds que opinan?
Rating: