Después de dos eventos decentes y entretenidos, le llega el turno a Genesis, que se encarga de que la gente no se malacostumbre.
Escrito por John Byrne, con dibujos de Ron Wagner y tintas de Joe Rubinstein, Genesis fue publicado como una miniserie de 4 números con un gran número de tie-ins en las series regulares de DC del momento, aunque ninguno es esencial (más que nada porque leer Genesis no es esencial, pero los pocos tie-ins que leí pueden ser tranquilamente evitados, al igual que el evento entero).
Genesis arranca mostrando a distintos superhéroes de la Tierra que de repente ven sus poderes afectados, incluyendo casos como el de Green Lantern y su anillo, Flash, Superman, etc, pero no a Supergirl, por ser de otra dimensión en esta encarnación, o a Aquaman, por ser un mutante y algunos otros.
Se juntan todos a hacer terapia de grupo y se encuentran con que cientas o miles de naves de procedencia incierta deciden estacionarse enfrente de la Tierra, al mismo tiempo de que Darkseid ataca junto con Apokolips. Las naves al final no tienen absolutamente nada de importancia al estar ocupadas por todos los Darkstars que se acercan a la Tierra para averiguar que andaba pasando sin avisarle a nadie ni ponerles un logo a las naves o algo así, mientras que con respecto a lo segundo, Byrne logra hacer aburrido un ataque de Apokolips y sus habitantes a la Tierra.
Resulta que todo el tema de los poderes volviéndose un poco locos tiene que ver con algo llamado la Godwave, «Ola de Dios», si se quiere, que vendría a ser una ola de energía que se impulsa a partir de la destrucción del planeta de los viejos dioses, que es la responsable de la aparición de todos los dioses clásicos, los griegos, egipcios, los New Gods, etc, y en una segunda pasada, volviendo después de rebotar en el borde del universo, la responsable de la aparición de todos los superhéroes, que serían semidioses.
El primer problema con esto es que hace no tantos años, un evento bastante mejor escrito y armado que éste, Invasión, ya había introducido el concepto del Metagen como la fuente de los superpoderes, y había sido algo aceptado instantáneamente como parte del canon de DC, referenciado múltiples veces por varios escritores. Se podría considerar que de alguna manera todos los superhéroes que tengan habilidades que procedan del metagen son mutantes, distinción que se hace con Aquaman para que siga teniendo sus habilidades, pero igual no termina importando demasiado porque terminado Genesis, ningún otro escritor volvió a mencionar a la Godwave. Nunca. O puede que sí, pero por suerte tampoco llegó a ningún lado.
La idea en si, más allá del modo tremendamente embolante en la que está escrita y presentada, resulta bastante poco inventiva y no tiene nada de sutil. Ya de por si trazar el paralelismo entre superhéroes y semidioses o dioses es algo fácil y que fue utilizado miles de veces desde el simbolismo o en forma directa (con Thor, Hércules y otros protagonizando sus propios comics de superhéroes y cosas así), y Byrne no usa el tema como para darle un giro o para explorar esa idea, sino que simplemente dice: Los superhéroes son semidioses, una ola de energía loca primero vino e hizo a Zeus, Atena, Osiris, etc, y esa ola rebotó e hizo a Superman, Wonder Woman, Flash, etc, con la energía que le quedaba, un poco menos. Es claro porque todo el resto de los escritores trabajando en DC dijeron un colectivo: «Ehh… no» y en este caso comparto el gusto.
No es que me parece que un concepto o idea tenga que ser novedosa u original para contar una buena historia. Un concepto nuevo e interesante por sí solo no alcanza tampoco, para el caso. Byrne no basa su Godwave en nada nuevo y novedoso pero ese no es el problema en sí, sino el que no logra en ningún momento contar una historia al menos entretenida, más bien todo lo contrario.
Pegarle a Genesis es fácil y la gran mayoría repudió bastante a la miniserie, que terminó a su vez pegándole bastante a la reputación de Byrne (al menos no es Holy Terror, pero intenta matarte del embole) y a este tipo de eventos en general, y eso que DC ya tenía cosas como Millennium y Bloodlines en su biblioteca.
Todo el tema de la revelación de la Godwave incluye a su vez la revelación de que la misma ola es la MEGA AMENAZA! Resulta que la ola vuelve a rebotar después de pasar y crear a todos los superhéroes pero en este caso en vez de perder energía como antes gana mucha más que antes! y cuando llegue a la Tierra va a explotar porque es el centro cósmico para crear el Quinto Mundo!.
Como decía, es fácil pegarle a Genesis, queda claro. Byrne intenta algo, no hay dudas de eso, pero hubiera sido mejor que no lo dejen. Ya para el final de la miniserie, al haber depreciado completamente a Darkseid, intenta un giro más al revelar que Ares, el dios griego de la guerra, era el principal villano, pero dudo mucho que haya habido mucha gente que le importe para este punto y supongo que eso incluía a los editores y por eso es que se termina colando una escena como la de los superhéroes agarrándose de la mano y haciendo que Nueva Genesis y Apokolips se vuelven a separar en dos planetas mágicamente. Ah y se muere Takion, por si a alguien le importaba, a nadie parece importarle demasiado en la serie.
Genesis incluye al Superman en su breve fase eléctrica, anclándola firmemente en los 90s por si quedaba alguna duda, cosa que podía pasar desapercibida tal vez al contar con un diálogo digno de 1965 en el que la mayor parte de los personajes hablan igual e incluyen cada vez que pueden varios Geez, Gee, Golly y similares.
Todo termina siendo demasiado y la verdad que no puedo encontrarle nada redimible. Definitivamente no alcanza el arte decente de Wagner y Rubinstein, que se mandan algunas buenas secuencias pero se quedan cortos en varios momentos y lo que supuestamente se tiene que sentir épico no se siente tanto y tampoco es siempre demasiado fácil de seguir, aunque no la tienen fácil desde lo que les ofrece esta historia olvidable y confusa.
Supongo que no queda duda de que no le recomiendo Genesis a nadie, mejor evitarla. Es el peor evento de DC que leí hasta el momento, y va a ser difícil que algo lo sobrepase (espero).
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